La venta de vivienda en la provincia de Ávila pasa por un buen momento, al menos eso es lo que reflejan los datos del Instituto Nacional de Estadística. En el año 2023, la compraventa de inmuebles en la provincia alcanzó los 2.210, una cifra que no se alcanzaba desde 2009, después comenzó el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. Esos registros se están manteniendo durante el presente año ya que hasta el mes de julio se han vendido 1.431 casas.
Ese impulso de la compraventa puede venir motivado por las dificultades que se están encontrando en el mercado del alquiler, y porque se están dando unas condiciones en la economía que hacen que la inversión inmobiliaria suponga una oportunidad. Sin embargo, ese impulso de la compraventa no está teniendo su reflejo en la reducción del stock inmobiliario que creció de manera desproporcionada en esos años en la provincia y que tanto está costando absorberlo (la cifra de viviendas nuevas pendientes de venta aún es de 3.300, lo que supone cerca del 2% respecto del total del parque inmobiliario de la provincia). Esto muestra que esa reactivación viene motivada por la compraventa de vivienda usada (con unos precios más económicos) y con la vivienda de reciente construcción (que se vende casi a demanda).
La existencia de ese stock en buena medida se debe a que sus propietarios están manteniendo unos precios que, de momento, no resultan atractivos para el comprador, que en muchos casos siguen apostando por el alquiler a pesar del aumento de los precios y que cada vez se ponen más limitaciones para los colectivos más vulnerables.
Ejercer una presión sobre esos propietarios que mantienen viviendas vacías, vía impuestos, podría contribuir a dar una salida para la reducción de ese stock, pero quizá tampoco sería suficiente, porque Ávila sigue contando con el hándicap de que no cuenta con una población que pueda asumir ese stock, y no hay que olvidar que buena parte de esa compraventa tiene como destino segundas residencias, especialmente en el medio rural.
Estamos, por tanto, en un momento donde la reactivación del sector inmobiliario ofrece oportunidades interesantes en la provincia de Ávila. Pero si ese momento viniese acompañado por la llegada de proyectos que generasen empleo y asentamiento de población sería el mejor caldo de cultivo idóneo para lograr un impulso definitivo tanto a ese sector como al de la construcción. Porque lo que parece claro es que tanto propietarios como compradores han aprendido de los errores que se cometieron en el pasado, y nadie quiere poner en riesgo unos ahorros que han costado mucho conseguirlos y no se quieren dilapidar con inversiones que no sean claras y seguras.