Rober, una sonrisa a la vida y al fútbol

Alberto Sánchez
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Salmantino, llegó a Ávila y al Real Ávila en 2015. «Lo que era para un par de años ya son nueve». Profesor de Educación Física, comparte el banquillo del Diocesanos con Iván Lastras

Roberto González 'Rober', en Sancti Spíritu - Foto: David Castro

Salmantino de nacimiento, abulense de adopción. «La tierra siempre tira» aunque en su caso le ha cogido gusto a esta ciudad, a la que llegó para ser delantero por los campos de Castilla con aquel Real Ávila en Regional de Aficionados y en la que ahora se le conoce como compañero de IvánLastras en el banquillo del Colegios Diocesanos. Sea de encarnado o de amarillo, siempre con una sonrisa. Porque si algo define Roberto González, 'Rober', es una sonrisa perenne, de esas que ahora se estilan poco y se cotizan mucho. «También tengo mi carácter». Para eso habría que preguntárselo a esas pequeñas 'fieras' que tiene como alumnos. Profesor de Educación Física de Secundaria en Salamanca, «es más fácil ser futbolista que profesor». Sin dudarlo. «A lo que se tiene que dedicar un futbolista es a jugar».En su caso, a meter goles. Aquel ascenso del Real Ávila a Tercera tuvo mucho de su parte. «Ser profesor es más complicado. Tienes a tu cargo 20 o 25 chavales, cada uno con sus cosas y tienes en tus manos su aprendizaje».

Llegó a Ávila en el verano de 2015.  «Mi mujer trabajaba entonces en Madrid, yo en Salamanca. Queríamos buscar un punto intermedio porque sólo nos veíamos  los fines de semana. Entonces dimos el paso de venirnos aquí». Lo que en un principio era un movimiento pensado para un par de años «se han convertido ya en nueve».Y los que le quedan. No renuncia a su tierra. «Tira mucho y me gustaría terminar en Salamanca, pero aquí estamos muy bien» y la familia, empezando por sus hijos, son de Ávila.

Aquel verano de 2015 y antes de hacer las maletas hizo un par de llamadas. Ya entonces conocía a José AntonioSoroa 'Yiyo' e IvánLastras, con los que había coincidido en los cursos de entrenador. Entonces jugador del Villaralbo, buscaba un equipo en tierras abulenses. «Me daba igual que el Real Ávila estuviera en Regional, yo lo que quería era jugar». Y lo hizo como delantero –junto a Toño y Edu– en aquella temporada que se cerró con el regreso a Tercera.  Fueron tres temporadas como jugador encarnado, dos como segundo entrenador junto a JonathanPrado y entremedias dos años como coordinador de la cantera del Real Ávila. «Cuando se marchó JonathanPrado, tanto el club como yo vimos que lo mejor era no continuar». Del Adolfo Suárez al Sancti Spíritu. Había logrado el ascenso José Alberto Fernández Somoza desde la Regional a Tercera y buscaba el Diocesanos una figura como la suya. «Aquel 2020 habían logrado el ascenso y querían alguien con experiencia. Ahí empezó esta etapa». Desde aquello, cuatro temporadas ocupando el puesto de ayudante en el Sancti Spíritu. Sabe lo que es ser primer entrenador.Lo fue por necesidad con el Real Ávila y lo ha sido con el Diocesanos. Prefiere ser segundo. «El trabajo, la familia... No tengo tiempo y me encuentro más cómodo haciendo la labor de segundo. Al final el entrenador es el que pone la cara visible tanto para lo bueno como para lo malo y en el fútbol hay más cosas malas que buenas. El segundo entrenador tiene su responsabilidad, pero siempre es una figura más cercana al jugador, tratas de sacar la mejor versión de cada uno...Me gusta más esa faceta». No ha sido un año sencillo. Los colegiales se han visto abocados al descenso. «A la vida hay que sacarle una sonrisa». Primer paso para una nueva temporada.