Blanca y radiante se presentó Andrea al día de su boda. Por supuesto. Pero ella no fue una novia al uso. Porque Andrea decidió romper moldes en su enlace, llevando al diseño de su vestido su pasión por la cultura vikinga.
Así que cuando tanto ella como su entonces novio decidieron que su boda sería nórdica cien por cien, se puso en contacto con la diseñadora Carmen Andueza, responsable del atelier de ElDedal y experta en el diseño y confección de trajes de época.
«Una boda convencional no va con mi forma de ser», explica Andrea a Diario de Ávila unas semanas después de la boda, que tuvo lugar en el Castillo del Buen Amor, en Salamanca, un escenario muy acorde también al deseo de los novios. Vencidos los temores de sus padres, que como el resto de invitados también acudieron ataviados de época (gracias, también, al trabajo de las costureras de ElDedal), Andrea y Mario comenzaron a soñar con un día que fue, lo describe la novia ahora, «increíble».
Andrea, durante la última prueba de su vestido de novia, en el atelier de ElDedal. «Yo quería un vestido blanco, pero me daba miedo parecer más una novia medieval. Era complicado darle el toque», recuerda el proceso de creación de su vestido. Pero fue encontrar los detalles de cuero que enriquecieron el vestido (como un trenzado para el brazo o un cinturón con un estuche para el cuerno vikingo) los que tranquilizaron a la novia, que aportó también una capa de pelo blanca, muy apropiada para completar el look. Y para el ramo, imprescindible en cualquier boda, optó por flores otoñales.
«Estaré eternamente agradecida a Carmen por el proceso de creación del vestido», se emociona Andrea al recordar los viajes realizados desde su Salamanca a Ávila para ir confeccionando el traje. «Llegué sin saber qué quería, pero vi que ellas me podían ayudar», cuenta Andrea, que comenzó a ver modelos ya diseñados en El Dedal y escuchando los consejos de estas expertas en moda, toda una referencia ya (y no sólo en Ávila) en el diseño y confección de trajes de novia de época. «Cada vez se animan más novias», apunta Andueza, que junto a su equipo, y como decíamos, también diseñó los trajes de las madres de los novios y de sus padres. «Mario llevaba una casaca tipo vikinga, un cinturón para hacha y una capa de pelo», describe el traje de su ya marido Andrea.