De aprendices de carnicero, a liderar el sector

E.Carretero
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Los hermanos Juan y José Blanco, naturales de Burgohondo, están detrás de una empresa cárnica que cuenta con 18 carnicerías en Madrid, ganaderías propias y más de 40 empleados, la mayoría de ellos naturales de su pueblo al que siguen muy vinculados

De aprendices de carnicero, a liderar el sector

Juan y José Blanco nacieron y se criaron en Burgohondo y de su padre, Paulino, tratante de ganado que falleció hace unos días y que recorría kilómetros a pie para ir a comprar vacas, aprendieron que el esfuerzo, el trabajo y la perseverancia son imprescindibles para cumplir cualquier sueño. El de estos hermanos, desde jóvenes, fue el de ser carniceros y de hecho no dudaron en trasladarse a Ávila para aprender el oficio, incluso sin cobrar como hizo Juan y sin imaginar que ambos llegarían a estar al frente de una de las empresas cárnicas más importantes de nuestro país.  Y es que Cárnicas Blanco, con 18 carnicerías en distintas zonas de Madrid, ganadería propia de vacuno y ovino y 40 empleados ocupa el puesto 27 de 1.618 en el ranking nacional de empresas del sector comercio al por menor de carne y productos cárnicos en establecimientos especializados según ventas.   

«La mayoría de los empleados de la empresa son del pueblo», cuenta María Blanco, hija de Juan, al hablar de esta empresa que, pese a la facturación, sigue siendo muy familiar y que no olvida sus orígenes en Burgohondo, municipio que la familia Blanco sigue visitando con frecuencia. 

La historia de Cárnicas Blanco, cuenta María, es la de una empresa dedicada a la producción y distribución de productos cárnicos impulsada por dos hermanos que siempre tuvieron a su padre como ejemplo a seguir. «En él nos hemos fijado siempre, en su esfuerzo, en su trabajo, porque nos criamos sin tener nada, absolutamente nada», afirma Juan Blanco al recordar su niñez y juventud en Burgohondo y la figura de un padre al que pese a las dificultades no se le ponía nada por delante con tal de mantener a su familia. 

De aprendices de carnicero, a liderar el sectorDe aprendices de carnicero, a liderar el sectorInspirados por su progenitor, quien compartió con ellos su «sabiduría y pasión por el negocio», y tras un tiempo aprendiendo el oficio de carnicero en Ávila los hermanos  Blanco se trasladaron a Madrid. Primero José y tras él, y con 23 años, Juan. Allí trabajaron para empresas cárnicas hasta que uno de sus jefes, charcutero, les ofreció asociarse  asumiendo la parte de carnicería.  En 1985 abrió por primera vez las puertas su primer comercio cárnico, en la calle López de Hoyos. Este comercio  se llamó Alimentación Los Mares, nombre que estos empresarios mantienen a día de hoy en sus carnicerías, situadas en calles como Ferraz, López de Hoyos o Antonio López. 

ganaderías propias. Poco a poco, y ya solos, los hermanos Blanco empezaron a expandirse  abriendo más tiendas y completando su actividad con cuatro ganaderías  propias donde alimentan, cuidan y ceban a sus animales y todo ello con el fin de «eliminar intermediarios y garantizar la frescura y la trazabilidad completa de sus productos». 

En un mundo empresarial cada vez más competitivo Cárnicas Blanco SL, explica María, «ha destacado por su compromiso con la calidad, la innovación y el servicio al cliente», recordando que la historia de éxito de su padre y su tío es fruto «de los valores familiares que han guiado su camino hacia el éxito» y muy especialmente de la influencia que su abuelo Paulino ejerció en sus hijos.

De aprendices de carnicero, a liderar el sector
De aprendices de carnicero, a liderar el sector
De hecho, la empresa fue fundada por los hermanos Blanco en honor de su padre, «quien se dedicaba al comercio de ganado en condiciones muy humildes» y quien siempre se mostró muy orgulloso de los logros empresariales de sus hijos. Unos éxitos, reconoce Juan,  no exentos de «sacrificios personales» como trabajar siete días de la semana durante largas horas o perderse «momentos importantes con su familia». Sin embargo, afirma este empresario que no olvida sus raíces en Burgohondo, «el amor y el orgullo» hacia su trabajo y lo que ha «logrado construir» le motivan a «seguir adelante a pesar de las dificultades».