Ofrecer algo distinto y que a la vez reflejara la forma de ver el mundo que tienen Juan Pablo López y María Blanco. Ésos eran los objetivos con los que hace ya una década esta joven pareja abrió en la capital abulense Soul Kitchen, restaurante que se ha convertido en uno de los referentes hosteleros de esta ciudad para quienes quieren disfrutar de una oferta gastronómica donde reina el producto local y hacerlo, además, en un espacio de estética cuidada y decoración de tipo industrial.
Tanto Juan Pablo como María, cuenta él, están «muy involucrados en el desarrollo de la ciudad» y de esta tierra por lo que su apuesta por Ávila va más allá de incluir en su carta productos de kilómetro cero y también pasa por apoyar la cultura y en general la actividad de la ciudad, lo que hacen a través de propuestas culturales o patrocinios. «Estamos involucrados en hacer una ciudad mejor para nuestros hijos», asegura López al hablar de un compromiso que se traslada al día a día de este restaurante situado en pleno centro de la ciudad.
Ofrecer al cliente siempre vinos de la tierra, cuenta Juan Pablo, es uno de esos gestos con los que Soul Kitchen muestra ese compromiso con lo local que también se plasma en las tapas de barra entre las que destacan las patatas con soul, cuya singular salsa picante se elabora con pimentón de Candeleda. Nachos, salchichas, choricillos o guisos de carne son algunas de las propuestas con las que los clientes pueden acompañar su consumición en Soul Kitchen donde en la elaboración de todos los platos el objetivo es tirar de producto local por cuanto, explica su responsable, apoyar a los productores de esta tierra «genera economía y riqueza en la provincia».
También el producto de proximidad está presente en la carta del restaurante de Soul Kitchen, que además se acaba de renovar, y donde, con permiso de otras propuestas, las hamburguesas son protagonistas junto con entrantes ya marca de la casa como los nachos. Aquí la carne es de Ávila y de Ávila también las mieles, quesos o verduras con los que se elaboran los distintos platos que dan forma a una carta apta para todos. No en vano, otra de las señas de identidad de Soul Kitchen es que hace ya algún tiempo incorporó una carta adaptada a personas que tienen intolerancias alimentarias, en este caso al gluten y a la lactosa. Una carta que también se va renovando e incorporando nuevas propuestas para que la experiencia gastronómica de los clientes con intolerancias sea cada vez más satisfactoria. Como ejemplo, cuenta Juan Pablo, un brownie apto tanto para celiacos como para quienes no toleran la lactosa.
Junto con Juan Pablo y María, al frente de este equipo, integrado por 16 personas, están Jorge y Fernando, jefes de sala y cocina, respectivamente, de este negocio hostelero con mucha alma.