En un gran partido, sobre todo en la segunda parte, el Real Ávila presentó en Valladolid su candidatura a ser campeón de grupo esta temporada. En casa del segundo clasificado, donde ningún equipo había ganado en lo que va de temporada, el conjunto abulense realizó quizá su mejor encuentro de la Liga y acabó derrotando con claridad y justicia al filial blanquivioleta, al que de poco le sirvió adelantarse en el marcador. En cuanto el Real Ávila se acostumbró al campo y al horario, fue muy superior y certificó una victoria que le dispara en la clasificación y le llena de confianza.
Diezma presentó un equipo muy armado en el centro del campo, con Iván Cabezuzo por la derecha, Chiqui y Trujillo en el medio, y Peña por la derecha, ayudado por Emilio, dejando a Gustavo más adelantado. A pesar de que entró descentrado al campo lo que le costó el gol de Larsson, un ex del Real Ávila que incluso pidió perdón a los muchos aficionados abulenses que se desplazaron hasta Valladolid, mediada la primera parte comenzó a mandar en el campo, sobre todo por la labor de Chiqui, cuyo fichaje es todo un acierto, y el trabajo de Tirso para controlar a Jorge, el mejor de los locales.
Le costaba crear ocasiones al Ávila pese a tener el control de un partido que sobre el gastado césped artificial de los anexos del Zorrilla era más táctico que interesante, pero un gran pase de Chiqui tuvo una mejor resolución por parte de Gustavo, que cuerpeó con los defensas y ajustó el disparo al palo. El empate hacía justicia y daba una mayor tranquilidad al Real Ávila que en esta ocasión sí que hizo caso a su entrenador, y acertó en las ocasiones que tuvo: hizo tres goles en cuatro llegadas peligrosas.
En la segunda mitad fue en la que se certificó la superioridad del Ávila, que sólo cedió dos ocasiones al Valladolid B, y en la misma jugada en el minuto 51. Desde ese minuto y hasta el final, un Ávila muy bien plantado se hizo dueño y señor del partido, dando la impresión que podría cerrarlo en cualquier momento.
Y lo hizo en una gran jugada de Peña, al que el cuerpo le pedía tirar en un par de amagues con los que recorrió la frontal del área, pero vio a Iván Cabezudo solo a su derecha, cediéndole un balón que el centrocampista abulense puso con mucho acierto al área pequeña, donde apareció Pito para desviar lo justo al segundo palo y poner a los abulenses por delante. El Valladolid B se fio al abulense Javi Navas, pero no tuvo su mañana, y por el contrario el Ávila siguió mandando sobre el campo permitiendo a Gustavo marcar el tercero, y ganar donde nadie lo había hecho.