En 2019 Ávila contaba con 404 viviendas turísticas. Cinco años después, los alojamientos de este tipo se han duplicado y ya son 867 en total, según el último Boletín de Coyuntura Turística de la Junta de Castilla y León, que en este caso ofrece datos correspondientes al mes de marzo. Ávila es, de hecho, la provincia de la región que más viviendas turísticas posee. Es más, Ávila suma 6.395 plazas de este tipo, lo que significa que concentra el 23 por ciento del total de la oferta que estos alojamientos ofrecen en Castilla y León, que asciende a 28.196 plazas. Esto supone, como apuntan desde la Asociación de Hoteles de Ávila de CEOE Ávila, que la oferta de plazas de este tipo de alojamientos turísticos se han incrementado en el último lustro un 777 por ciento teniendo en cuenta que hace cinco años Ávila sumaba 949 plazas de este tipo.
Ante esta situación, la Asociación de Hoteles de Ávila se ha sumado a la petición de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT), de la que forma parte, que solicita al Ejecutivo que controle «el crecimiento desbocado de los pisos turísticos, ante la urgente falta de vivienda residencial en España y el encarecimiento de los alquileres».
En concreto, los hoteleros «piden que se establezca una planificación y un control» de esta actividad económica que, lamentan, «está provocando problemas sociales y económicos» y que se actúe mediante una normativa «que ofrezca cobertura a las comunidades autónomas y ayuntamientos».
«Los números hablan por sí solos», lamentan desde la citada asociación de CEOE Ávila, desde donde se demanda «urgencia y prioridad» en el desarrollo de la normativa «que evite problemas con los residentes, proteja su calidad de vida, asegure empleo e ingresos locales e incentive la sostenibilidad de las empresas reguladas».
Para los hoteleros, aseguran desde la patronal abulense del sector, «la irrupción y la proliferación descontrolada de los pisos turísticos en el mercado ha supuesto que, en menos de diez años, se dupliquen las plazas existentes para alojar turistas en España a través de la vivienda vacacional, afectando directamente al acceso a la vivienda residencial». Es más, la patronal hotelera recuerda que lleva «una década alertando del problema» y que «desgraciadamente» el tiempo les ha dado «la razón» y han visto cómo «no se trata de un tema de competencia, sino de una gran preocupación social».
Para los hoteleros, la proliferación de viviendas turísticas se traduce «en la pérdida de identidad de las ciudades o principales destinos turísticos, en la imposibilidad de acceso a la vivienda por parte de los jóvenes, y en los fenómenos de gentrificación y 'turismofobia' debido al alza que han experimentado los alquileres al sacar del mercado viviendas residenciales para convertirlas en turísticas».
En cualquier caso, defienden que «no se puede señalar al turismo como culpable de la situación» recordando que «el sector hotelero cuenta con prácticamente las mismas camas que a principios de siglo, ya que ha crecido en torno a un dos por ciento». El problema, apuntan, está en la vivienda vacacional, que «ha duplicado el parque de camas en España en menos de diez años, con un crecimiento alocado, sin tarificación y con un total libre albedrío».
Recuerdan además desde la patronal que el sector turístico «abarca infinidad de subsectores, siendo los hoteleros solo una parte pequeña del ecosistema», subrayando CEHAT que «el comercio, el transporte, los aeropuertos, los taxistas, la restauración, el ocio, la artesanía, y toda la industria complementaria puede verse afectada por un incremento de la imagen negativa entre los visitantes nacionales y extranjeros».
La Confederación afirma que «es urgente que se tomen medidas drásticas y valientes para revertir la situación creada por el crecimiento descontrolado en cada vez más zonas de España». Además de una ley para controlar el crecimiento descontrolado de pisos turísticos y sus efectos negativos, también piden «bonificaciones en la declaración de la Renta a quienes pongan sus viviendas en alquiler en el mercado a un precio más razonable e incluso tasado».