Advertía hace unos días Cáritas que la situación de pobreza cada vez está más generalizada en Ávila, y que cada vez hay más población en el umbral de la pobreza (deducción de algunos datos concretos), y advertían de una serie de problemas concretos que se podrían intentar atajar. La realidad es que esta organización, vinculada a la Iglesia, el año pasado atendió un récord de usuarios en Ávila (dando a muchos herramientas para rehacer su vida y la de su familia y engancharles a la vorágine del día a día, que mejor eso que vivir al margen), y este año va camino de superarlo.
En el caso de la vivienda, a pesar de que no vivimos en una de esas capitales de provincia con precios desorbitados, hay una agudización del problema y este se debe a varios motivos que, pensando un poco, ninguno de ellos sorprenderá a los abulenses.
En Ávila apenas hay viviendas de alquiler, por lo tanto, la poca oferta que hay incrementa los precios, restando competitividad frente a otros lugares con viviendas caras, pero en los que puede haber más desequilibrio de precios, y ofertas más ajustadas a todos los bolsillos (aunque ya sabemos, por la cantidad de informes que se manejan, que el precio de la vivienda en España es uno de los problemas que más lastra el desarrollo socioeconómico, y más en concreto en el grupo social de los jóvenes). Hay poca vivienda en alquiler, y no hay apenas oferta pública, siendo la vivienda un derecho garantizado en la Constitución, lo que propiciaría ofertas más razonables para personas con recursos más limitados.
Además, el incremento de población extranjera, que hay que reconocer están ocupando nichos de mercado que de otra manera arrastrarían preocupantes vacantes, dado que ocupan empleos donde los salarios son justos, está provocando un hacinamiento de personas en las viviendas que no es lo que deberíamos desear para una ciudad que pretendemos que se desarrolle en todos los ámbitos.
Dejar de lado estas realidades, lo único que puede conseguir es aumentar la desigualdad social. Si algo bueno tiene Ávila es un tamaño en el que acertar con alguna política concreta puede generar un gran beneficio. De la misma manera que ignorar un problema pequeño en un momento determinado puede acabar haciéndose una bola preocupante que arrastre a otros muchos ámbitos.
Hay que evitar por todos los medios que algunos barrios se acaben construyendo en guetos que no contribuyen al crecimiento ordenado de una ciudad. Hoy estamos a tiempo, pero mañana...