Ya se han iniciado oficialmente las fiestas de San Victorino 24 en Ávila. El encierro de la tarde y el pregón de la noche del viernes dieron la salida de unas Ferias y Fiestas muy prometedoras. La charanga El Meneito encabezó el bullicioso pasacalles desde la plaza de toros, cual Hamelin, era seguido por centenares de jóvenes que ya estaba en disposición festiva y pronto llenó la plaza del Rea.
Desde los balcones de las Casas Consistoriales, el alcalde, Vidal Galicia Jaramillo, saludó a los arevalenses y numerosos visitantes, presentó a le reina de las fiestas, las damas y los infantiles representantes de los colegios, para a continuación dar paso al pregonero.
El DJ y showman Eugenio Carrero, por todos conocido por Geñín, pronunció un pregón vibrante que puso en movimiento a un público que abarrotó la Plaza del Real, con su sueño especial de niño hecho realidad. Una persona muy querida que conectó con un público que le coreó en todo momento. Nos presentó su camiseta con la frase «Ser español es un orgullo, pero ser de Arévalo es un privilegio». Destacar que es un hombre muy seguido por las redes y de mucho tirón popular, y bien se notó con el cariño recibido de los arevalenses. Con las frases de «sois increíbles, viva Arévalo, viva las peñas, viva San Victorino, viva la música, las Ferias y viva la madre que os pario» y así dio por finalizado su pregón con un vibrante y el enfervorecido público, sonó el chupinazo y fuegos de artificio. Poco después una verbena a cargo de Kin África y la orquesta Pikante, en una noche de temperatura extraordinaria, que recordó, por su asistencia a los mejores sábados de ferias.
Un pregón vibrante y entre multitudes Previamente, tuvo lugar el primer encierro de la feria, que coincidió con la prórroga del partido de España, pese a ello tres cuartos de plaza se llenaron.
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Bastantes cortadores se lanzaron al ruedo y hubo algún corte muy aplaudido entre el público. En cuanto al encierro, un toro quedó rezagado, entrando primero en la plaza los cabestros y cuatro toros. Esa situación hizo que el encierro se prolongase. No hubo que lamentar ningún herido.