Aunque son muchos los que dicen que la Navidad cada año empieza antes y que cada vez se adelanta un poco más la venta de turrones, los anuncios navideños o la puesta del árbol o el Belén, lo cierto es que si hay una fecha con la que se inician de forma oficiosa las fiestas navideñas esa es la del 22 de diciembre, en este caso con el sorteo extraordinario de la Lotería de Navidad. Un sorteo al que pocos pueden resistirse y que forma parte, como una tradición más, de la época navideña. Así, quien más y quien menos lleva algún número, en forma de décimo o participación, con el que ansía que su vida, o al menos sus cuentas bancarias, cambien para siempre.
A poco menos de una semana para que el Teatro Real de Madrid vuelva a acoger la celebración del sorteo de la lotería de Navidad la actividad en las administraciones de lotería se intensifica para atender las peticiones de los últimos rezagados o las de quienes quieren completar sus opciones de suerte. Sin embargo, a estas alturas del año ya hay números que son imposibles de conseguir como así ocurre, reconoce Daniel Collado, responsable de la administración de loterías de la calle Reyes Católicos, que pone como ejemplo el 13, la terminación favorita no solo de los abulenses sino del conjunto de los españoles y que es, de hecho, la primera que se agota cada año. Es más, en esta administración de lotería este año ni siquiera han podido contar con números con esta terminación tan supersticiosa por la que se vuelven locas todas las administraciones del país. Donde sí llegaron a contar con algún número terminado en 13 fue en la administración de loterías del centro comercial El Bulevar pero «durante muy poco tiempo» teniendo en cuenta que una semana después de ponerse en venta los primeros números para el sorteo extraordinario de Navidad, lo que ocurre a mediados del mes de julio, ya era imposible conseguir ningún décimo terminado en 13, como cuenta Almudena Blázquez, empleada de este punto de venta.
Además de este número asociado desde siempre a la mala suerte entre los compradores de loterías de Ávila, y entre los del conjunto del país, también hay otras terminaciones que resultan muy atractivas como son, cuenta Blázquez, el 69 o el 15. «Números impares en general», afirma Collado que apunta que los abulenses a la hora de comprar lotería se pirran por los números terminados en 1, 5, 7 ó 9.
También triunfa este año la terminación 23, lo que no es extraño, explican tanto desde la administración de loterías de El Bulevar como desde la de Reyes Católicos, porque es la del año en curso. No en vano, apuntan, es una tendencia habitual que a la hora de elegir número para el sorteo de la Navidad los compradores se decanten por aquellos décimos que terminan con los dos dígitos del año actual, una decisión en la que tiene mucho que ver motivos sentimentales. «Si ese año han sido padres, piden la fecha de nacimiento del hijo», explica Blázquez ese razonamiento que hace que a la hora de elegir número pesen aquellos terminados en 23.
Y es que en esto de la Lotería de Navidad los abulenses seguimos siendo bastante tradicionales como demuestra que los décimos físicos, los de toda la vida, que este año ilustra la Natividad del maestro de Sopetrán que se puede ver en el Museo del Prado, siguen siendo la primera opción. «De cada diez décimos que vendemos, solo uno es de máquina», reconoce Blázquez.
«Hemos perdido ventas muy importantes por no tener el número en el formato tradicional», reconoce Collado para ahondar en esa querencia que los abulenses aún tienen por el décimo en papel, el de toda la vida.
Como dato curioso, y para intentar poner fin a esa creencia de que en Ávila nunca toca 'el gordo' y que los premios siempre pasan de largo y se van a otras provincias, este año en la administración de lotería de El Bulevar han puesto en marcha la iniciativa «lotería viajera» a través del intercambio con administraciones de otras provincias de números que nunca llegan a Ávila porque están asignados a otros territorios. Un intercambio de décimos que se ha realizado con «prácticamente todas las provincias» y que permite, por ejemplo, que en Ávila se puedan vender números que solo sería posible comprar en una administración en concreto. «Es la primera vez que lo hacemos a este nivel y se ha vendido muy bien», reconoce la empleada de esta administración al hablar de una medida que hace posible que un número que normalmente se juega de forma íntegra en Alicante pueda venderse en Ávila y tocar aquí también. Todo sea por dar más facilidades a la suerte.