Hemos concluido una semana importante en lo que a cuestión de innovación empresarial se refiere. Por un lado, la factoría de Mars en Arévalo celebraba su vigesimoquinto aniversario desde que se instalara en la provincia de Ávila, con la puesta de largo de una nueva línea de producción. No nos cansaremos de decir que Arévalo está en un lugar estratégicamente envidiable, junto a la A-6 que conecta el noroeste de la península con el mayor mercado español, que está en Madrid, y que es casi una puerta de entrada a la comunidad madrileña. Eso, en sí mismo, es un activo. De ahí, que muchas empresas miren hacia Arévalo como destino empresarial, por la cantidad de sinergias que puede aportar a la logística, a lo que se le añade la línea ferroviaria para mercancías. ¿Qué más se puede pedir? Pues que suelo industrial haya siempre disponible para cuando cualquier proyecto se fija en la provincia de Ávila, porque no está la provincia para desaprovechar oportunidades y que se beneficie del desarrollo del Corredor Atlántico.
Mars en un ejemplo de activo económico para la comarca. Sólo en los últimos dos años casi ha duplicado el número de trabajadores, y el incremento de producción será exponencial según vayan avanzando los meses. Para una localidad como Arévalo, a lo que se le unen también otras factorías como Harinera Villafranquina u OPmobility –hasta hace bien poco conocida como Plastic Omnium– supone un aliciente para asentar población en la Moraña.
Además, no estamos hablando de empresas que dejan de lado la innovación. Todo lo contrario. Son ejemplos de modernización y de investigación, lo que destierra el mito de que en Ávila no se puede innovar.
Si a ello le unimos otros ejemplos de la capital como la propia Nissan, Onyx Solar o Cesvimap, –o la propia aportación de las universidades locales al conocimiento– nos damos cuenta de cuánta masa gris hay en esta provincia y cuántas cosas bien se hacen. De hecho, Cesvimap es otro de esos ejemplos que hay que reconocer esta semana, que reunía a medios especializados del sector para dar a conocer parte de su trabajo y cómo se enfrenta al reto de la economía circular. El innovador centro ha recuperado más de 46.000 piezas de vehículos en un año. Pero además estudia la efectividad de los dispositivos de seguridad de todo tipo de vehículos, ayudando a minimizar los siempre elevados riesgos de la conducción. Hace unos meses presentó en Ávila un modelo de conducción autónoma como ejemplo innovador de primer orden.
Ésta es una provincia en la que se pueden desarrollar grandes proyectos empresariales e industriales, sólo hay que creérselo y que todas las instituciones trabajen a una para despertar el interés de los inversores.