Por primera vez en 10 años, España celebra unas elecciones europeas en solitario, es decir, sin coincidir con otros comicios de ámbito nacional (generales, autonómicas o locales). Esto supone una gran novedad ya que, al ir de la mano de otros procesos electorales, quizás los electores desconozcan las particularidades de estas elecciones tan relevantes para el devenir de Europa.
Los españoles tienen la potestad de elegir a 61 (dos más que en las elecciones de 2019) de los 705 eurodiputados que conforman el Parlamento Europeo, cuya sede se encuentra en Bruselas. Los 644 restantes serán elegidos por los habitantes de los otros 26 países que conforman la Unión Europea. Entre los cabezas de lista de los grandes partidos nacionales se encuentran Teresa Ribera (PSOE), Dolors Montserrat (PP), Irene Montero (Podemos), Jorge Buxadé (VOX), Jordi Cañas (Ciudadanos) o Estrella Galán (Sumar).
En caso de que estos nombres sean elegidos para representar a España en el Parlamento Europeo, deberán integrarse en los grupos parlamentarios más afines a su ideología. En la actualidad, los grupos que conforman el arco político europeo son el Partido Popular Europea (Demócrata-Cristianos), Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas, Renew Europe (grupo liberal proeuropeo), Grupo de Los Verdes, Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos, Grupo Identidad y Democracia y el Grupo de la Izquierda del Parlamento Europeo. En ningún caso, estos candidatos aspiran a sustituir a Ursula Von der Layen al frente de la Comisión Europea, el organismo considerado como «el Ejecutivo comunitario».
Sin embargo, la principal diferencia con respecto a las elecciones de ámbito nacional se encuentra en la propia organización de las listas electorales. En el caso que nos ocupa se trata de candidaturas unitarias y cerradas. Es decir, se vota a una lista nacional única por cada partido, independientemente de su procedencia. «Aquí realmente se vota a unos representantes que miran por el global de nuestro país», explica Gustavo Moreno, candidato abulense al Parlamento Europeo por el Partido Socialista. En las elecciones generales de España, por ejemplo, se eligen a los candidatos al Congreso de los Diputados por cada circunscripción electoral (suele corresponderse con cada provincia). En este caso, sí que se vota al posterior candidato a la presidencia del Gobierno (en la provincia por la que se presente), aunque la última palabra la tienen los propios diputados electos
Dos pequeñas diferencias, pero muy relevantes para entender qué y a quién se vota en las elecciones europeas que se celebran el próximo domingo 9 de junio.
2.686 solicitudes para el voto por correo
Como no podía ser de otra manera, en las elecciones europeas también hay opción del voto por correo. De hecho, casi 2.000 abulenses rellenaron la solicitud presencial para ello en la oficina de Correos de Ávila. En total, son 2.686 vecinos quienes ejercerán su derecho al sufragio universal de manera no presencial (1.985 lo solicitaron en Correos y 701 lo realizaron a través de la web habilitada), una vez cerrado el plazo para ello (venció el pasado jueves 30 de mayo).
Lo que sigue abierto es el plazo para la emisión del propio voto, que no cerrará hasta dos días antes de los comicios: el viernes 7 de junio a las 14,00 horas, según el acuerdo adoptado por la Junta Electoral Central. Por el momento, unos 350 abulenses ya han depositado ya su elección por esta vía.
Extrapolando estos datos al resto del país, Correos ha admitido más de 632.000 peticiones (632.115, en concreto) para votar por correo. Desglosados, 439.904 se solicitaron presencialmente en las oficinas, mientras que 192.211 se realizaron por la página web de la entidad. En Castilla y León, son 45.680 personas las que tienen intención de votar antes de la jornada electoral.
Estas cifras suponen un 105,6% más que en las elecciones al Parlamento Europeo del 25 de mayo de 2014 (307.509 peticiones), el último proceso comparable ya que no coincidió con ningún otro de ámbito nacional.