"La Constitución de Ávila fue la primera, no hay duda"

Mayte Rodríguez
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La Ley Perpetua que redactaron los comuneros en el sigloXVI inspiró la primera Carta Magna escrita de la historia -la americana de 1787- porque aquel texto fue «el verdadero primer proyecto de la civilización occidental»

"La Constitución de Ávila fue la primera, no hay duda" - Foto: Isabel García

Los comuneros fueron auténticos «visionarios» que, sin saberlo, «prepararon el advenimiento de la Modernidad» al diseñar a principios del siglo XVI «toda una nueva concepción de las relaciones entre el príncipe y los ciudadanos, partiendo del reconocimiento de que la soberanía no reside en el rey por mandato divino, sino que reside en el pueblo y que es el pueblo el que lo cede al rey para que lo administre en su nombre» y así lo reflejaron en la llamada Ley Perpetua, bautizada después como la Constitución de Ávila, «la primera de la Historia, no hay ninguna duda» de ello, tal como asegura Joaquín González-Herrero, escritor y fiscal de la Audiencia Nacional, gran conocedor de la misma y a la que dedicó un libro titulado 'La Ley Perpetua, fundamentos de una utopía' que, en su segunda edición, ha sido revisado y ampliado. «Cuando los americanos, con Jefferson a la cabeza, elaboraron en la Convención de Filadelfia la primera constitución escrita ya aprobada, se inspiraron en la Constitución de Ávila y así la llamaron», explica en conversación con este diario poco antes de ofrecer una conferencia este lunes titulada 'La Constitución de Ávila: el testamento de los comuneros', enmarcada en las XXI Jornadas de Formación e Información Ciudadana organizadas por la Asociación de Vecinos  Puerta del Alcázar.

«La Ley Perpetua es el verdadero primer proyecto de la civilización occidental para alumbrar un nuevo modelo político en forma de constitución» que, sin embargo, no se aplicaría hasta siglos después con el triunfo de la Revolución Francesa porque «el sueño que los comuneros tenían de crear un nuevo estado, un nuevo modelo político de relaciones entre el poder y la sociedad quedó frustrado porque a Carlos V no le cayó bien el proyecto», argumenta González-Herrero. «Esa es la grandeza y, al mismo tiempo, la tristeza» de la contribución comunera, un texto legal que «está entre la realidad y la utopía» porque, pese a que ellos «lo vieron antes que nadie, en el siglo XVI, lo cierto es que no pudo ser» realidad en su tiempo, aunque esos «mismos principios son los que se desarrollan en la Revolución Inglesa de mediados del siglo XVII, en la Constitución Americana de 1787 y en la Revolución Francesa», subraya. 

Este martes siguen las Jornadas con una conferencia a cargo de Jesús María Sanchidrián titulada 'Ávila en el anecdotario de Claudio Sánchez-Albornoz'.