Evidentemente, la ciudad de Ávila está muy ligada a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado gracias a la Escuela Nacional de Policía y, aunque esta más antigua, a la Academia Militar. Es en la primera donde se forman todos los agentes policiales de España con el objetivo de desarrollar su labor por todo el territorio nacional. O, incluso, internacional, si se dan las circunstancias. Porque quizás poca gente sabe de la existencia de la Agencia de la Unión Europea para la Cooperación Policial, conocida por su acrónimo de Europol, donde los policías españoles tienen la oportunidad de participar en misiones y actuaciones de índole europea.
Es el caso del abulense Néstor Jiménez, agente del Cuerpo Nacional de Policía con destino en la Comisaría General de Policía Científica, en la sección de Antropología Forense, ubicada en el Complejo Policial de Canillas, uno de los más grandes de Europa, del distrito madrileño de Hortaleza. Allí Néstor ejercía su trabajo hasta que, casi de la noche a la mañana, entró a formar parte del selecto grupo de agentes de la Europol. «Me encontraba realizando mis funciones un día normal y se puso en contacto conmigo mi jefe de sección, el inspector jefe José Carlos Beltrán, para comentarme que se necesitaba un funcionario especialista en estudios fisonómicos y en cotejo de huellas para la Europol. El puesto era para ir como experto nacional a esta organización europea y, por mi perfil, si estaría interesado en ir allí destinado», recordó. Tras conocer más detalles sobre su nuevo cargo, Néstor lo vio factible y, en septiembre, puso rumbo a Den Haag (La Haya), en Países Bajos, donde se encuentra la sede central de la Europol y su nueva oficina de trabajo: el Centro Europeo contra el Terrorismo.
Eso sí, su etapa allí tiene, de momento, una duración indeterminada, la necesaria hasta completar el trabajo específico que tiene encomendado. «No es un trabajo que esté cerrado. Es un trabajo muy específico el que estamos realizando ahora mismo y, realmente, no sé hasta qué momento va a durar. Inicialmente yo no sé si estaré allí hasta marzo o hasta septiembre. Es un trabajo muy específico que durará lo que tenga que durar», afirmó. Esa labor, en realidad, es la misma que realiza aquí en España, es decir, experto nacional en cotejo de huellas y estudios fisonómicos, aunque la gran diferencia es su ámbito de actuación, que le permite compartir tareas e ideas con agentes de otras nacionalidades europeas.
«La experiencia está siendo muy buena y muy enriquecedora por muchos motivos. Simplemente, el hecho de salir de mi zona de confort es algo que me motiva mucho», explicó Néstor. Pero a eso se suman otros muchos alicientes más: el país («Esta zona de Países Bajos me parece muy bonita, muy diferente a España en cuanto a su gastronomía, su cultura o su gente»), el hecho de trabajar para una agencia europea («Eso es algo que siempre motiva, por lo menos para mí, bastante») y, principalmente, el ambiente. Porque allí se tiene que relacionar con policías italianos, griegos, rumanos, alemanes, finlandeses… De todas las partes de Europa, vaya. «Esto dista mucho de la situación que se vive cuando tus compañeros, aunque venidos de diferentes puntos de España, son españoles. Cuando se está en una agencia europea, lo que nos une es Europa. Sus idiomas, sus culturas, su modo de enfocar el día a día es muy distinto a como lo hacemos en España y creo que es una manera de abrir la mente y darnos cuenta que no todos somos iguales en la manera de actuar y de enfocar las cosas. Está siendo una experiencia apasionante, de verdad», confesó.
Pero, por supuesto, su trabajo también le permite relacionarse con sus compatriotas que se encuentran allí destinados. Aunque, en el caso de Néstor, cuenta con una singularidad: es el único abulense de los 620 agentes que forman Europol en la actualidad, lo que es un motivo de orgullo para nuestra tierra. Durante sus ratos de descanso o de ocio, se junta con sus compañeros nacionales, algo totalmente normal. «Quieras o no, los grupos se notan según la cultura y el idioma. Aquí nos une el idioma inglés, pero no estás igual de cómodo que hablando en tu idioma nativo. La comodidad de poder hablar en tu idioma hace que las nacionalidades se junten también como una piña», explicó. Estas situaciones más relajadas les ayudan a desconectar de su arduo trabajo y, como dijo Néstor, «el hecho de sentarte en una mesa rodeado de gente de tu idioma nativo hace que desconectes, que te relajes y que te encuentres más a gusto».
Todos estos agentes están unidos por la Europol, un conglomerado de policías de diferentes nacionalidades europeas que hacen de Europa un territorio mucho más seguro. Ahora bien, no hay que confundirla con la Interpol (Organización Internacional de Policía Criminal), cuya sede se encuentra en Lyon (Francia) y tiene un ámbito mundial, ya que está integrada por 196 países, dos más que la Organización de las Naciones Unidas (ONU). La labor de la Europol es luchar contra el crimen en el territorio europeo, especialmente en materias como el antiterrorismo, casos de abusos sexuales en menores o la búsqueda de fugitivos, función en la que Néstor está especializado. Pero, en realidad, los problemas principales a los que se encuentran los agentes europeos son los mismos que en España: blanqueo de capitales, trata de personas, tráfico de drogas, tráfico de armas, antiterrorismo o la ciberseguridad. De ahí que desde la Europol recurran a policías de cada país para lograr la colaboración necesaria para resolver los casos. «No es que las policías europeas dependan de la Europol, pero sí hay un trabajo y un feedback entre ellos para realizar ese trabajo de tratamiento, búsqueda y cruce de información para hacer que los ciudadanos se encuentren seguros y que Europa sea un territorio cada vez más seguro, por supuesto», aclaró Néstor.
De hecho, se atreve a afirmar que «Europa es un continente muy seguro, posiblemente, el más seguro de todos». Sin embargo, como también confiesa, «la seguridad total no existe». De ahí que, aunque existe toda la vigilancia del mundo, hay ocasiones en las que es imposible evitar atentados como los que han sucedido recientemente en Alemania o en Estados Unidos. «La mayoría de estas situaciones, gracias a Dios, se pueden abortar, pero siempre hay alguna circunstancia que se nos escapa, por el motivo que sea. Es imposible llegar al 100% de efectividad, aunque trabajamos para conseguirlo», aseguró Néstor. En este sentido, hace un guiño al gran nivel de especialización contra el crimen que tienen las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que es puntero en Europa: «Nos deberíamos sentir muy orgullosos de este nivel de especialización que tenemos en España en la lucha contra el crimen y la delincuencia organizada. Lógicamente, y muy a pesar de nuestra historia, la lucha contra el terrorismo nos ha hecho alcanzar este nivel».
Néstor Jiménez es uno de los policías expertos en estudios fisionómicos y cotejo de huellas más reconocidos de España, circunstancia que le está permitiendo disfrutar de esta experiencia como agente de la Europol. Y todo sin tener apenas vínculo familiar con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, salvo por el caso de un tío materno, que ejerció durante años como Policía Nacional. «Mi vocación policial me viene desde pequeñito. Siempre me gustaron las cosas con lucecitas (por las sirenas); es algo normal y creo que a todos los niños en algún momento les llaman la atención», recordó. Además, durante su etapa educativa, se sintió atraído por las ciencias y, tras años de dedicación y esfuerzo, ha conseguido conjugar sus dos pasiones. «El trabajo policial, a parte de ser muy bonito, te da la oportunidad de especializarte en lo que realmente te gusta; en mi caso, en la policía científica», afirmó Néstor. Desde el año 2020 forma parte de la sección de Antropología Forente dentro de la Comisaría General de Policía Científica, donde accedió tres años antes. Un lugar al que regresará una vez que culmine su misión actual para la Agencia de la Unión Europea para la Cooperación Policial, el único representante abulense dentro de la Europol. Un reconocimiento del que sentirse orgulloso, y la ciudad de Ávila también por ello.
(Puede disfrutar de la entrevista completa en la versión en papel de Diario de Ávila).