Hace un año estábamos en las mismas. Que si sí, que si no. Que antes del verano, que después del verano, que sí hay cartel, que no hay cartel... Pendientes hasta última hora, y Músicos en la Naturaleza en el aire.
Ha pasado un año desde entonces, pidiendo que se repensara con tiempo el festival, y no sé si se ha recapacitado algo o no, pero el caso es que estamos como estamos. Si acaso, algún matiz a tener en cuenta. La beligerancia de los ayuntamientos y de los empresarios de la comarca este año se ha suavizado. Han percibido que en Ávila hay un todos a una por el festival (que lo escuche así Suárez-Quiñones). A fecha de hoy, salvo vagas palabras, no sabemos si hay un compromiso por mantener el festival tal y como lo conocemos, si hay idea de repensarlo o si hay voluntad de cargárselo definitivamente. 
Ojalá no desaparezca, porque es un evento más de esos que sitúa a Ávila donde se merece. Y no han cambiado un ápice las circunstancias que en su día propiciaron Músicos en la Naturaleza, por lo tanto, ha de seguir adelante. 
Muchos nombres se han escuchado para el cartel de este año, y es que la caña hay que echarla en muchos charcos. Sobre todo, ahora que está tan difícil la contratación de artistas porque los festivales de toda España florecen hasta debajo de las piedras. Estamos en el alguno picará, y no es exagerado confiar en ello, porque si bien la finca del Mesegosillo no puede dar el baño de masas que algunos artistas buscan en grandes estadios, con varias decenas de miles de personas coreando sus temas, la magia de Ávila, el encanto de Gredos, el atractivo medio ambiental –en un tiempo en el que la sostenibilidad está tan de moda– y el embrujo de la noche en la sierra causa una fascinación al artista que puede disfrutar tanto como su público. ¿Cómo no va a llegar este deleite a la cabeza del artista?
Si al final lo que se está intentando es utilizar la estrategia de llevar el festival a la extenuación, elevando la tensión hasta que no se pueda soportar más, habrá quien se deba hacer responsable de esto. Confío en que no lleguemos a una situación en la que el discurso sea: «No hemos encontrado artistas a un precio razonable», porque precisamente esa es la capacidad de gestión que se le reclama a los responsables públicos.
A fecha de hoy, como muchos ciudadanos, no veo que pueda Músicos en la Naturaleza sorprender, salvo que se alineen los astros, pero deseo con todas las fuerzas equivocarme, como, por cierto, ya ha pasado en alguna ocasión. Será síntoma de que 'Músicos' da con la tecla.