Ante la adversidad siempre sale a relucir lo mejor del ser humano, y buena muestra de ello se está exponiendo con la acción de miles y miles de voluntarios que, ante la tragedia provocada por la DANA, están volcando todos sus esfuerzos para lograr que esas personas que han sufrido daños, en muchos casos irreparables, puedan salir poco a poco del shock en que se encuentran sumidos tras esa devastación sin precedentes. Un buen número de esos voluntarios han llegado procedentes de la provincia de Ávila, bien a través de las organizaciones donde prestan sus servicios bien a título particular, y todos ellos coinciden al afirmar que la experiencia que han vivido allí ha sido similar a la de una guerra, al menos por los destrozos que se han provocado y la situación en la que han quedado miles de familias, que lo han perdido todo. También las acciones solidarias desde la provincia de Ávila se están multiplicando, con iniciativas de todo tipo, de mayor o menor calado, pero todas ellas tratando de aportar ese granito de arena, por pequeño que sea, que siempre sumará y que debe ser valorado en su justa medida.
Todo un ejemplo el que está dando la sociedad española de solidaridad, de esfuerzo, de empatía con los damnificados, de entregar todo lo que se tiene en muchos casos a cambio de nada y que, por desgracia, no está encontrando una respuesta similar entre los representantes políticos, que tenían que haber tenido una respuesta antes, durante y después de que ocurrieron estos graves hechos, y que están demostrando no estar a la altura de lo que una situación de estas características requiere. Porque al final está prevaleciendo el tacticismo político por mantenerse en el poder después de una negligente actuación a todos los niveles, olvidándose totalmente de las víctimas, que son las que deberían encontrar el apoyo y el consuelo de sus representantes.
Porque por mucho que traten ahora de justificar lo injustificable, esas pérdidas, que podían haber sido evitadas si se hubiese actuado desde hace años con una mayor determinación, ya no se podrán recuperar.
Y ese nivel de nuestros políticos se traslada a muchas otras situaciones, donde la acción pasa a un segundo término y todo queda en un debate político farragoso, difícil de entender, que acaba en un intercambio de acusaciones y en el que se demuestra una evidente falta de voluntad para acometer proyectos que son de un indudable interés para la ciudadanía. Y como muestra el debate que en las últimas semanas se está generando en torno a las infraestructuras de transporte de la provincia de Ávila (A-40, conexión por autovía de Ávila con la A-6, peajes…), un debate manido, cansino, vacío de contenido, que no conducirá a ninguna parte hasta que de una vez por todas llegue un Gobierno con voluntad clara de acometer esas infraestructuras que tan importantes son para la provincia de Ávila.