La semana que hoy se cierra arrancó con el anuncio, momentos antes de que se iniciará la Comisión de Hacienda en la que se debatían las ordenanzas municipales para el año que viene, de un acuerdo entre el grupo municipal del equipo de gobierno de Por Ávila con los tres concejales del grupo municipal de VOX para, precisamente, en base al mismo permitir la aprobación esas ordenanzas con las que poder elaborar el presupuesto municipal para el año 2025.
Presentado como un pacto puntual para este hecho, pero acompañado por un extenso documento con una treintena de puntos, la abstención de los tres ediles de VOX, primero en la comisión y después, el jueves, en el Pleno, permitieron que el equipo de gobierno sacara adelante esas ordenanzas que, entre otras cuestiones, marcaban un incremento del 7 por ciento en el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), con el que las arcas municipales recibirán una inyección económica que permitirán un funcionamiento del Consistorio más desahogado en varios apartados.
Por Ávila llevaba desde la noche electoral de mayo de 2023 buscando un acuerdo con algunos de los grupos de la oposición para no vivir al borde del descalabro con sus 11 de 25 concejales. No lo logró el primer año y se abocó a una moción de confianza, inédita en la historia reciente del Ayuntamiento. La salvó el alcalde, pero se dio cuenta que eso no era vida ni para él, ni para su grupo, ni para, y eso era peor, para la ciudad. Insistió XAV en su búsqueda de compañero de viaje hasta 2027 y al final, aunque no fuera su opción más deseada, la cerró con VOX, que dio el paso que el PP ni siquiera sopesaba y que el PSOE desechó después de varios análisis.
Más allá de las críticas que ahora estos dos últimos partidos han lanzado sobre todo hacia VOX por señalarles como los cooperadores necesarios para que se apliquen las políticas de XAV y que pueda llegar al final del mandato con cierta tranquilidad, lo cierto es que la situación de bloqueo en la que estaba la ciudad corría el riesgo de convertirse ya en insostenible para todos. El equipo de gobierno lo sabía y VOX fue el primero en rendirse a la evidencia contraviniendo su propio argumentario electoral y poniendo en peligro, en serio peligro además, sus tres concejales su continuidad en el partido.
Los abulenses vamos a pagar más impuestos, vamos a pagar más por muchos servicios municipales, y ahora Por Ávila, sobre todo, pero también VOX, están obligados a que su acuerdo se traduzca en cuestiones concretas y beneficiosas para la ciudad, para convencer a los vecinos de la ciudad de que les compensa el que cada mes vayan a tener menos dinero en sus bolsillos.