Detectar malas hierbas, realizar mediciones sin necesidad de estar presencialmente en el terreno, prevenir la aparición de plagas, identificar averías en el riego, facilitar el diseño agronómico e hidráulico y, en definitiva, conocer en todo momento el estado de salud de las plantas son solo algunas de las ventajas que los viticultores pueden obtener con el uso de tecnologías. Y ese es justo el objetivo del Chamaleon, un proyecto del programa europeo Horizon 2020 y que cuenta con once socios, entre ellos la Diputación de Ávila está desarrollando en esta provincia en colaboración con la Universidad de Salamanca y la Universidad de Castilla-La Mancha un proyecto para mejorar el manejo del viñedo.
En concreto, el proyecto, que cuenta con un presupuesto de 300.000 euros y se inició el año pasado, se está desarrollando en la Denominación de Origen Cebreros y persigue que los productores y bodegueros de esta zona empleen estas «tecnologías para tomar decisiones en sus cultivos que les permitan ser más competitivos con otras zonas donde ya están aplicando estas tecnologías», tal y como apuntó el diputado provincial de Turismo, Asuntos Europeos y Energía Armando García Cuenca este jueves en Cebreros durante un encuentro con productores en el que se dieron a conocer los primeros resultados y conclusiones de este proyecto que concluirá dentro de un año.
«Estos datos se van a exponer y compartir con los agricultores, bodegas y productores de Cebreros», adelantó el diputado provincial que defendió que el empleo de tecnología como las que está desarrollando este proyecto es «de vital importancia» para la salud de los viñedos y para que los productores de Cebreros, denominación que cuenta con 500 hectáreas de este cultivo, puedan ser más competitivos, sin olvidar, dijo, el objetivo de fijar población en el medio rural.
Los drones le echan una mano a los viticultores«Debemos evolucionar y ponernos al día en cuestiones tecnológicas», aseguró García Cuenca a la hora de destacar la importancia que el empleo de drones y otras herramientas tiene para mejorar la salud los cultivos.
El proyecto, como explicó Susana Lagüela, investigadora del Grupo Tidop de la USAL, está «desarrollando aplicaciones tanto de software como de adquisición de datos» a través del uso tanto de información satelital como de drones y para su empleo tanto en agricultura y ganadería como de selvicultura. En el caso concreto de Cebreros, se está desarrollando uno de los dos proyectos pilotos relacionados con viñedos (el otro se desarrolla en Austria) y para la obtención de todos esos datos se están empleando drones, sensores, imágenes de temperatura o infrarrojos, entre otras herramientas, que van a permitir analizar distintos parámetros que afectan al estado de salud de los cultivos con mayor precisión. No en vano, y como ejemplo, las imágenes captadas por los drones que en las últimas semanas han sobrevolado los viñedos de Cebreros, son tan precisas que permiten ver hasta piedras pequeñas. «Buscamos ir un poco más allá de lo que ve el ojo humano y poder dar información sobre el vigor de la planta, la presencia de plagas o la necesidad de regadío», explicó Lagüela.
De momento, apuntó la investigadora de la USAL, la principal conclusión es que es necesario «evolucionar en ámbito de las tecnologías para poder facilitar información al agricultor en la toma de decisiones», destacando que el empleo de estas tecnologías lo que busca es «facilitar la vida al agricultor y de paso atraer a posibles nuevos agricultores y favorecer el desarrollo rural».
El alcalde de Cebreros, Pedro José Muñoz, que también participó en la presentación de resultados del proyecto a los productores locales, destacó también lo interesante de este proyecto de cara a su aplicación en el cultivo de viñedo, lo que resulta fundamental para esta localidad y para la Denominación de Origen Cebreros y las posibilidades que ofrece el «utilizar nuevas tecnologías al servicio de algo tan histórico como es el vino».