«Valentía». Esto es lo que pide el portavoz municipal del PP, Jorge Pato, al alcalde, Jesús Manuel Sánchez Cabrera, al solicitarle que vincule la cuestión de confianza a las ordenanzas municipales y no a los presupuestos sabiendo que, de no prosperar, «cesaría automáticamente». «Él lo sabe y es incapaz de tener la valentía suficiente», insistió.
El representante del PP habló de un «intento desesperado» por parte del alcalde que, dijo, «está acorralado por la mala gestión durante estos últimos cuatro años y que ha llevado a que tengamos la actual situación insostenible en las arcas municipales». Ante esto, Sánchez Cabrera «pretende llevarnos a una situación excepcionalísima que, aunque la recoge la ley, no se ha implementado nunca, ni en este ayuntamiento ni en la mayoría de los ayuntamientos de España», como es el caso de plantear una cuestión de confianza porque «es la única válvula de escape para poder aprobar el presupuesto municipal que él quiere». Y lo hace, señaló, a pesar de que tiene otras opciones como «prorrogar el presupuesto existente o se podría sentar a negociar unos nuevos presupuestos. Pero lo que ha dejado patente el señor Sánchez Cabrera es que ni puede ni quiere negociar con la oposición. Es más, el Partido Popular siempre le ha tendido la mano y siempre se nos ha cerrado la puerta». Eso sí, advirtió de que «por mucho que se empeñe en subir impuestos y en aumentar las tasas, del Partido Popular siempre va a encontrar la misma respuesta y es un no. Un no basado en lo que es el ADN del Partido Popular, que es creer en la bajada de impuestos para que el dinero esté en el bolsillo de los contribuyentes y no en las arcas, en este caso municipales. Porque lo que no puede ser es que los que paguen los platos rotos de este desgobierno que hemos vivido durante el último mandato sean los abulenses. Y ahora pretende acogerse a una medida desesperada como es la cuestión de confianza porque no le salen las cuentas».
Explicó el representante del PP que a la hora de presentar esta cuestión de confianza la vincula al presupuesto y no a las ordenanzas porque en el segundo caso supondría que, si no prospera, cesaría y se convocaría otro pleno de constitución a los diez días. Esto significa, reflexiono «que el día 7 de marzo podríamos tener un nuevo alcalde». Pero, al vincularse al presupuesto la mecánica es distinta y es necesario presentar una moción de censura, por lo que «en caso de que no prospere se quedaría el mismo alcalde» y los presupuestos «se aprobarían automáticamente sin ningún tipo de negociación, sin ningún tipo de debate y sin escuchar a la oposición». Esto significa «que nos iríamos al mes de mayo para tener la posibilidad de unos presupuestos». Ante estos plazos, comentó que «Ávila necesita salir de la parálisis cuanto antes y no necesita que se la embarque en una travesía por el desierto que solamente tiene dos metas, la imposición y la ausencia de negociación». Por ello, insistió en que «hemos oído al alcalde repetir hasta la saciedad que él no tiene apego al cargo. Pues bien, esta es una oportunidad de oro para que lo demuestre»,
Respecto a las ordenanzas y el nuevo proceso para aprobarlas, señaló que «a la vista de la documentación que nos han remitido, va a volver a ocurrir lo mismo, que va a contar con el rechazo del PP».