Madison Keys (19 del 'ranking') se resarció ayer del fatídico tropiezo en la final del US Open de 2017, después de superar en el duelo por el título del Abierto de Australia a Aryna Sabalenka, 'número uno' del mundo, por 6-3, 2-6 y 7-5, tras dos horas y dos minutos de juego.
La tenista de Illinois, que privó a la bielorrusa de ganar su tercera corona consecutiva en el primer 'grande' de la temporada, se convirtió, a los 29 años, en la cuarta jugadora más veterana en conseguir su primer Grand Slam, por detrás de Flavia Pennetta (US Open, con 33 años), Ann Jones (Wimbledon, con 30) y Francesca Schiavone (Roland Garros con 29).
La campeona ascenderá en la clasificación WTA hasta la séptima posición después de superar los fantasmas de los últimos ocho años, que le acompañaron tras aquella dura derrota en la final de Flushing Meadows en 2017, frente a Sloane Stephens, por un severo 6-3 y 6-0.
El inicio de Keys fue arrollador y cumplió con la conclusión que extrajo de aquel tropiezo en el US Open. La norteamericana había comentado que, en lugar de intentar no ponerse tensa, su objetivo pasaría por aceptar esos nervios y aprender a convivir con ellos. Desesperó a la 'número uno' con una implacable derecha y un inteligente tenis, que abarcaba desde reveses paralelos imprevisibles, hasta dejadas que esbozaron una sonrisa cargada de desesperación en el rostro de la vigente campeona, que acabó cediendo la manga con claridad (6-3).
La cara de alarma de Sabalenka no se esfumó en el primer tramo del segundo set. Keys comenzó por delante tras mantener su servicio y el nerviosismo creciente de la bielorrusa la empujaba a cambiar de raqueta, como una frenética respuesta a esa búsqueda de soluciones.
Bajó de revoluciones la estadounidense y reencontró las buenas sensaciones la jugadora de Minsk tras igualar la contienda al apuntarse el segundo parcial (6-2).
A pesar de que la de Illinois redujo el nivel, se mantuvo a flote. No se deshizo la igualada hasta el último suspiro de una tercera manga que se decidió con el 'break' conseguido por una valiente Keys cuando el marcador lucía un 6-5 a su favor. Sabalenka no encajó bien la derrota e hizo su raqueta añicos, mientras una emocionada Keys se fundió en abrazos y llantos con los miembros de su equipo.