Jaime Rosales y su mujer Saray están al frente desde hace tres meses del Mesón El Sol, uno de los restaurantes con más tradición de la capital abulense. Abierto en los años 70 del siglo pasado los nuevos propietarios de este bar restaurante siguen apostando por la cocina de siempre. «Tenemos una  carta sencilla, pero de calidad, en la que  destacan los platos tradicionales», explica Jaime al hablar de un negocio donde el restaurante es la parte fuerte. 

«Limpieza y buen servicio», apunta este hostelero, son otras dos de las señas de identidad de este negocio en cuya carta se apuesta por las carnes rojas (entre las que Jaime destaca el chuletón, el entrecot de ternera o los churrascos), los platos de cuchara de toda la vida y también los pescados. Pero también otros platos que en Ávila no son habituales, influencia del origen hondureño de sus propietarios y del tiempo que estos vivieron en México, como el aguacate asado con tartar de salmón o las hamburguesas al estilo mexicano. 

Aparte de las propuestas de la carta, el Mesón El Sol cuenta con menú diario que por 13 euros ofrece cinco o seis primeros a elegir y otros tantos segundos. En el menú, apunta el propietario, nunca faltan los platos de cuchara y propuestas como judías blancas, cocido, fabada o cremas. 

Y aunque el restaurante, que destaca por su decoración clásica y castellana, es el protagonista del Mesón El Sol el bar también ofrece al cliente un buen servicio de desayunos y tapeo. Unas tapas entre las que destacan el salpicón casero o las anchoas en tomate natural, pone como ejemplo Jaime algunos de los bocados que cada día llenan la barra de este bar para acompañar las consumiciones de sus clientes.

Además del menú diario y de cara a la época navideña el Mesón El Sol también ofrece menús de celebración para empresas o grupos, a partir de 25 euros. 

 Aunque Jaime, encargado de la barra y la sala, y Saray, responsable de la cocina, llevan poco tiempo al frente de este negocio emblemático de la hostelería abulense, que sigue apostando por lo tradicional y por la comida sencilla pero de calidad, reconoce este empresario que la acogida del público ha sido «muy buena», atribuyendo al «buen servicio y buen comer» este recibimiento. 

Aparte de abulenses, que se han alegrado de que este mesón tradicional del que guardan muchos recuerdos vuelva a abrir sus puertas, entre los clientes de este negocio también están los huéspedes del Hotel Santa Teresa, de 22 habitaciones de distinta capacidad, y con el que comparte espacio este bar restaurante.