Soraya Blázquez lleva nueve años como alcaldesa de Mijares, su pueblo. Por tanto, cuenta con la experiencia suficiente para solventar los problemas y circunstancias de su cargo. Se trata de una de las veteranas de la provincia en estas lides que compagina con su cargo como procuradora en Cortes por el PSOE.
¿Cuánto tiempo lleva como alcaldesa de Mijares?
Llevo nueve años. Precisamente este mes ha hecho el aniversario la conformación de los ayuntamientos. En total, llevo 21 años como concejala y había sido durante 12 años portavoz de la oposición.
¿Notó mucho contraste de la oposición a la alcaldía?
Evidentemente sí, mucho. Yo soy de Mijares y siempre he vivido aquí. Es verdad que conoces tu pueblo y también el ayuntamiento. Pero la visión que tienes cuando estás en la oposición a cuando llegas al gobierno es diferente. Cuando estás en la oposición conoces una parte, y cuando alcanzas la alcaldía, ya sí conoces la totalidad. Es una visión completamente diferente.
¿Cómo le surgió la idea de meterse en política?
Mi marido estuvo 16 años como concejal en la oposición y en mi casa el tema de la política se vivía muy de cerca. Siempre hemos querido que Mijares avanzase, siempre hemos sentido la necesidad de estar, en la medida de nuestras posibilidades, colaborando para que Mijares fuera un pueblo vivo. Yo venía de ser la presidenta del AMPA. Estábamos metidos en diferentes asociaciones, con lo cual, estar en el Ayuntamiento era el siguiente paso. Soy de la opinión de que, si quieres hacer algo, tienes que estar dentro.
¿Qué balance hace de este periodo como alcaldesa?
Esta pregunta quizás habría que hacérsela a los vecinos de Mijares. Pero siendo honesta y sin ánimo de que se me tilde de soberbia, hago un balance muy positivo. Lo digo porque lo creo. No por lo que se ha hecho en materia de infraestructuras, que están ahí, sino porque veníamos de 12 años de ser oposición. El PSOE nunca había gobernado en Mijares, pero teníamos claro que había una manera diferente de gobernar. Eso es lo que hicimos desde el primer momento y creo que lo seguimos haciendo. Tener la alcaldía es gobernar para todos los vecinos de Mijares, con independencia de colores e ideologías. Eso es algo que creo que sí hemos conseguido y a mí me parece muy importante. Eso es algo que valoro y creo que, al final, es algo que la gente también lo ha visto.
En cuanto a proyectos concretos, ¿cuál sería el que más destacaría de este periodo?
No hemos hecho obras de grandes dimensiones, pero hemos metido la mano en todo lo necesario. Llegamos a un Ayuntamiento en el que había que actualizar los padrones o, en la biblioteca, había más de seis mil liros sin catalogar. También hemos tratado de solucionar el problema de la captación de agua. Porque en Mijares tenemos mucho agua, pero no tenemos manera de retenerlo por la orografía. Durante el verano, podemos llegar a triplicar nuestra población y tenemos que dar servicio a todos. Todo eso no se ve. En cuanto a lo que sí se ve, por primera vez en el pueblo hemos tenido tres talleres de empleo. Gracias a ello se han acondicionado dos zonas muy céntricas que antes eran casi escombreras y que, a día de hoy, lucen estupendas. En estos talleres participaron 14 personas en dos turnos que, durante unos meses aprendieron un oficio y cobraron su nómina. Un proyecto que nos gustaría acometer durante este mandato es construir un salón multiusos, algo de lo que no disponemos. Pero, a cambio, con el últimos taller habilitamos una terraza en el tanatorio para que la gente acompañe a los familiares de los fallecidos. También se han acondicionado jardineras, se ha creado nuevas calles, se ha mejorado la iluminación de varias zonas, se ha cambiado la red de cañerías... Y la mayoría de las actuaciones las hemos hecho con nuestros propios medios. Porque el alumbrado de la carretera Ávila-Casavieja, un tramo de unos 800 metros, debería haberlo acometido la Junta de Castilla y León. Igual que lleva 15 años prometiendo una zona con paseo y alumbrado que sigue sin realizarse o como la ampliación del puente de Riohondo, que es muy necesaria. Por cierto, a las pocas semanas de la finalización del alumbrado de la carretera y de las pistas polideportivas, sufrimos un robo de cable y lo tuvimos que volver a reponer, igual que pasó en la zona del merendero de la vuelta del barranco. Y lo repusimos con nuestros propios medios. Cuando digo esto es porque no es ni con Fondos Europeos ni con los Edusi, sino con los fondos del propio Ayuntamiento.
Muchas actuaciones han realizado en este periodo…
Ahora mismo tenemos un añadido, porque en Semana Santa se derrumbó un muro del edifcio de las antiguas escuelas. Una actuación que no es menor, porque aquí, con los desniveles que hay, podría resultar peligroso, aunque no hubo que lamentar ningún daño personal. Se procedió a un vaciado con carácter de urgencia para evitar riesgos. La zona llevaba tres días acotada porque las previsiones en Semana Santa era de lluvias copiosas, el muro estaba muy mal y no nos dio tiempo a proceder para su arreglo. De hecho, no pudimos acometerlo porque se derrumbó. Ahora estamos intentando que, tanto desde la Diputación como la Junta nos ayuden con la cuantía, que puede ascender a unos 150.000 euros. Se trata de un edificio que se usa mucho: tenemos la guardería, tenemos la biblioteca municipal, tenemos un aula donde se dan clases para adultos, hay un aula multifunción donde se dan clases de costura o también ensaya la Banda de Música municipal. Tiene muchos usos y, evidentemente, hay que acometer esa obra. Por otra parte, también hemos habilitado una zona de vestuarios que antes no teníamos en las pistas polideportivas. Y también se están llevando a cabo tareas de desbroce en todo el municipio. Y Mijares tiene mucho término municipal. Es verdad que hemos recibido una cuadrilla de la Diputación que ha estado trabajando durante dos días. Pero las que están actuando ahora son municipales.
¿Cuánta población tiene el pueblo?
En Mijares perdemos población. Somos un pueblo de mucho movimiento, pero donde perdemos población empadronada. Ahora mismo podemos estar en unos 740 habitantes. Somos un pueblo muy cercano a Madrid, que es donde está nuestra gente y que viene durante todo el año, con lo que requiere de unos servicios y una serie de actividades que nos demandan. Sin embargo, acaban empadronados en Madrid ante la situación que tenemos, sobre todo de médicos. Hay gente que vive más de medio año aquí y que no está empadronada porque sus hijos están en Madrid y, ante una situación de necesidad hospitalaria, prefieren irse allí para que sus hijos no se tengan que desplazar hasta Ávila por la falta de comunicaciones o instalaciones de nuestra zona básica de salud. Esto, evidentemente, no ayuda a fijar población. Estoy harta de oír a diario eso de la España Vaciada y todo lo que se supone que se va a hacer. Llevo oyéndolo más de 20 años y, a día de hoy, te puedo asegurar que no se ha hecho nada. De hecho, creo que estamos involucionando. Hace 20 años te hubiera dicho que en Mijares o en esta zona no íbamos a perder población. No vas a fijar población si no tienes servicios.
En ese sentido, ¿hay algún proyecto para revertir la situación y atraer población?
Es muy difícil. Desde ayuntamientos tan pequeños, si no hay una voluntad real por parte de las instituciones superiores, es muy difícil. Es verdad que también se necesita inversión privada, no sólo pública. Es verdad que tenemos poco suelo público, pero dentro de nuestros recursos, sí que estaríamos dispuestos a colaborar con una empresa que pretendiera instalarse en Mijares, pero eso no se da. Somos un valle muy rico, muy cercano a Madrid, pero en el que ni siquiera disponemos de un transporte público que nos una. Para ir a Gavilanes, que está a tres kilómetros, o dispongo de un coche en la puerta de mi casa o me voy andando. Esa es la realidad. Tampoco tenemos un transporte en condiciones que nos una con Ávila. A eso se suma la falta de oportunidades. Mis hijos, como los de la mayoría, no han podido quedarse a estudiar en la zona. Pertenecemos al Instituto de La Adrada, que solo tiene estudios de FP sobre automoción y administración. Si mis hijos hubieran querido irse a estudiar Ávila, no hubieran podido venir los fines de semana. Hubiéramos tenido que ir a por ellos o hubieran tenido que trasladarse en autobús hasta Madrid para venir aquí. No tiene sentido. Esto no ayuda a que los jóvenes luego quieran venir aquí. No tenemos un solo grado en Ingeniería de Montes o en Geriatría. Así, ¿cómo vas a fijar población? Y, si nos vamos a los médicos, eso ya es un desastre absoluto. En Mijares vamos a triplicar la población de aquí a unos días y los médicos tienen derecho a tener vacaciones. Pero no van a tener repuesto ni los van a sustituir. Mucho me temo que no vamos a tener ni siquiera el número de sanitarios que durante los meses de invierno. Siempre digo que nuestro valle tiene dos vertientes. Por un lado, las administraciones no han contemplado unas comunicaciones decentes con Ávila. Y, por otro lado, no hemos conseguido crear una marca propia. No hemos conseguido ir todos a una.
¿Cuántos alumnos hay en Mijares entre guarderías e institutos?
Tenemos una guardería a través del programa 'Crecemos' que contará con ocho niños de continuo desde que den las vacaciones, porque da la opción de que, hasta los seis años, los niños y niñas que están en el cole puedan continuar durante las vacaciones. Su ratio es de 15 alumnos y nosotros lo vamos a tener casi al completo. En Mijares formamos parte de un CRA conjunto con Gavilanes y hemos conseguido que nuestros estudiantes vayan al colegio aquí, en su pueblo. Ahora tenemos 34 niños y niñas de diferentes nacionalidades. Hemos recibido familias procedentes de otros países y estamos muy agradecidos. Son familias que se han integrado muy bien en el municipio y que nos enriquecen y nos aportan mucho. Sin embargo, es difícil atraer población de mediana edad porque no hay trabajo. Desde el Ayuntamiento se contrata gente, pero no es un empleo continuado que dé estabilidad. Además, aquí, al no tener empresas grandes o pymes, es un problema. Hay gente que todos los días va y viene a trabajar a Madrid porque prefiere estar con su familia y que sus hijos se críen aquí. Sin embargo, no hay mucha solución de trabajo porque no tenemos los medios suficientes para fijar población o para incrementar las tarjetas sanitarias necesarias para tener un hospital comarcal, algo tan demandado durante 20 años y que seguimos sin tener.
¿Cómo fue gesionar el Covid?
Haciendo balance de todos aquellos meses, tengo la sensación de que nos adaptamos bastante bien a la situación. El Ayuntamiento no estuvo cerrado ni un solo día, en la calle había operarios trabajando y eso, dentro de lo extraño de todo aquello, daba a los vecinos una sensación de tranquilidad. Sabían que si llamaban al teléfono les atendíamos. Principalmente, intentamos cuidar a la gente mayor, porque tenían mucho más riesgo que los jóvenes. Tenemos el listado de los empadronados con sus fechas de nacimiento y nosotros seguimos dando los bandos municipales por megafonía, a parte de por las nuevas tecnologías. Durante el confinamiento lo que hicimos fue, al mediodía, poner por los altavoces nuestra jota municipal y después felicitábamos a las personas que cumplían años ese día. La gente ya estaba a la espera de los cumpleaños e, incluso, había una especie de peticiones del oyente. Son pequeñas historias de aquella época. Elaboramos EPIs con bolsas de basura que llevamos a nuestra zona básica de salud, que está en Lanzahíta, conseguimos metacrilatos para hacer las pantallas, se cosieron mascarillas… Desde el Ayuntamiento tratamos de estar siempre en la calle y eso creo que generó cierta tranquilidad. Es cierto que tuvimos fallecidos en las residencias y no fue fácil. Pero en Mijares, como todo el mundo tiene su finca o su huerto, creo que no afectó tanto. Lo vivimos de otra manera.