Borja Rubiato, fútbol con naturalidad

Alberto Sánchez
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Jugador, entrenador... «Me encanta el fútbol» confiesa quien ha pasado por mil experiencias y pide no perder de perspectiva lo que debe esto ser para los más pequeños, simplemente «un deporte»

Borja Rubiato, fútbol con naturalidad - Foto: Isabel García

El fútbol es su ecosistema, su hábitat, un mundo «que me encanta» pero que reconoce «muy complicado».En él se ha movido toda la vida Borja Rubiato y en él se sigue moviendo. Es un auténtico trotamundos del fútbol. Nació en Madrid, su madre era de Santa María del Tiétar y rápido reclamamos su 'raíces y genes' abulenses cuando empezó a despuntar. Con 18 años ya jugaba en Tercera División enLas Rozas. «Empezó siendo un hobbie». A partir de ahí comenzó a ser otra cosa, «un trabajo». Siguieron clubes como el Osasuna B, Cobeña, Atlético de Madrid B,Cádiz, Huesca, Real Oviedo, RSDAlcalá, Zamora,Marbella, Trival Valderas, Olimpic de Xátiva, Mensajero, Arandina, Ebro, Zamora o el Real Ávila, donde colgó las botas como jugador para iniciar su etapa como entrenador. Siempre con la maleta hecha, la que se llevó a sus experiencias más exóticas como el Arbil FC en Irak, el Kitchee SC en Hong Kong o el San Antonio Scorpions en Estados Unidos. «Me quedé con la espinita de irme a Australia.Me habría gustado jugar allí. Tuve la oportunidad estando en la Arandina pero estábamos jugando playoffs». No pudo escaparse.

Su trayectoria como jugador es extensa. Como entrenador, se está gestando. Se probó en categorías inferiores, como muchos, pero a la primera le llegó un 'miura', un Real Ávila dolorido en muchos aspectos –incluso el económico– tras haber hecho una fuerte apuesta que se quedó por el camino tras ser eliminado en playoffs por la Leonesa B. A un club así no se le puede decir que no, pero la realidad es que en ese momento «estaba un poco verde». No tiene reparos en asumirlo. Aún así aquel equipo llegó hasta la fase de ascenso.Como en otros aspectos de la vida, en los banquillos «son las situaciones que vas afrontando las que te forman y te van haciendo» como entrenador. Con la perspectiva del tiempo, la que permite ver las cosas con paciencia, asume que entonces «me faltó esa parte que te da haber sido segundo de alguien, que te permite ver diferentes metodologías, la gestión de diferentes situaciones... Si esa oportunidad del Ávila me hubiera llegado ahora, algunas de las situaciones las hubiera gestionado de forma diferente pero fue una experiencia muy enriquecedora y reconfortante». Siempre será su primer gran banquillo, un mundo muy diferente al de jugador que tanto conocía. Un mundo en el que «toca espabilar rápidamente».

A los pies de los campos del Manuel Sánchez Granado dirige estos días a los más pequeños en el Campus del Diocesanos. «Es muy enriquecedor» valora ante un césped repleto de chavales cuyas cabezas vuelan alto como lo hacía la suya hace tiempo. A sus 39 años mira atrás convencido de que a ciertas edades «no se está preparado» para gestionar ciertas situaciones.El fútbol es un deporte voraz. «Es importante que el entorno tenga los pies en el suelo para gestionar los cambios con naturalidad.La sociedad ha magnificado el mundo del fútbol en las primeras edades, en la fase de formación. Esa frase de 'a ver si me saca de pobre' hace mucho daño.Volcamos en nuestros hijos nuestros sueños frustrados. No nos damos cuenta de que les estamos frustrando a ellos, de que estamos llevando a los niños a que no se tomen el fútbol como lo que es, un deporte.Creemos que estamos haciendo lo mejor para el niño y no nos damos cuenta de que les estamos haciendo daño».