TRAS prácticamente media vida en el Ayuntamiento de El Barco de Ávila como concejala, primero en el equipo de gobierno y después en la oposición, Pilar Araoz tomó en junio las riendas del Ayuntamiento de El Barco de Ávila con el objetivo de contribuir a que su pueblo, donde se crió y donde tiene su proyecto de vida, siga creciendo. Asegura que se ha encontrado con dificultades, pero muestra su firme intención de revertirlas. Ilusión y trabajo, dice, no le faltan.
¿Cómo están siendo estos primeros meses al frente del Ayuntamiento?
Están siendo ilusionantes pero duros. Entramos en junio, iniciamos la legislatura sin secretario, tuvimos que organizar el verano, cuando más gente hay en nuestro pueblo, y organizar y contratar las fiestas, todo sin secretario. Al final todo salió bien porque todo el equipo de gobierno y yo como alcaldesa pusimos mucha ilusión y mucho empeño en sacarlo adelante.
Ya llevaba 24 años en el Ayuntamiento, ¿se encontró algo muy diferente a lo que esperaba?
Nos imaginábamos que había lío, yo estaba en el Ayuntamiento y se nos informaba de cosas, pero no pensábamos que era tanto. Yo tuve que liquidar y cerrar el ejercicio de 2022 en septiembre cuando eso tenía que haber estado liquidado antes de marzo. Eso fue difícil para arrancar sobre todo de cara al presupuesto de 2024 porque teníamos una serie de gastos que afrontar y que pensábamos que ya estaban efectuados. Estábamos en la oposición, preguntábamos cosas pero hasta que no llegué y pudimos liquidar el presupuesto del 2022 no nos dimos cuenta de toda la dimensión.
¿Y cómo ha ido el presupuesto de 2024?
Estamos manteniendo ingresos y pensando que tenemos que buscar financiación porque el equipo de gobierno anterior había acometido las obras del Castillo con un presupuesto de 982.351,85 euros, de los que recibimos una subvención de 641.511,82 euros del 1,5% Cultural. Y antes de entrar a gobernar nosotros se habían pagado únicamente 315.939,55 euros. ¿Qué quiere decir?Que nosotros hemos pagado una certificación de 141.974,56 euros y que de esta obra están pagados 457.914,11 euros, pero de esos casi un millón de euros originarios la obra se va a ir con unas modificaciones (que por eso no está terminada) a 1,17 millones, lo que quiere decir que aún nos queda por pagar 712.000 euros, aproximadamente. La subvención la recibimos, pero estamos hablando de casi el doble, y el resto lo tenemos que afrontar con gastos corrientes y con subvenciones porque también se había asfaltado calles y no se había pagado. El presupuesto llega condicionado por eso porque hay cosas que pagar.
¿Cómo se queda el presupuesto?
Está en 2.853.761 euros, pero tenemos que pensar que casi un 60% son gastos de personal. Como dije el día del Pleno no es el presupuesto que hubiéramos querido presentar, vamos a depender mucho de los ingresos y las subvenciones porque de ingresos corrientes tenemos lo que tenemos y no se puede hacer más: la participación en los tributos del Estado, el IBI y algunas tasas, pero no mucho más. Ytenemos que afrontar todo lo del Castillo. El anterior equipo de gobierno dijo que los 300.000 euros que iban a quedar se pagarían con remanente de tesorería, pero eso no es algo real del todo. Estamos condicionados porque tenemos que seguir con los gastos corrientes habituales, tendremos que ajustar todo lo más posible. Los ciudadanos tienen necesidades, son imprescindibles algunos servicios, atenciones que no queremos que se vean mermadas, por lo que trabajamos para que se puedan dar todos.
¿No habrá entonces muchas inversiones?
Para las inversiones vamos a depender de las subvenciones. El año pasado se perdieron el Fondo de Cohesión y el Fondo de Cooperación Local. La no presentacion de las cuentas de 2022, que se nos pedía para subsanar no lo pudimos remitir porque no se habían liquidado ni presentado en tiempo y forma. Tampoco presentaron el presupuesto del 2023 y nos comunicaron que si no lo hacíamos nos retendrían la participación de los tributos del Estado. Lo evitamos, pero es una situación complicada. Sé que a ellos no les gusta oírlo pero es lo que tenemos. Al liquidar el 2022 nos encontramos con un resultado presupuestario negativo, de -910.418 euros. La situación es muy preocupante, pero la afrontamos con ilusión, con decisión y con coraje, eso quiero decirlo. Aunque podamos hacer menos de lo que nos hubiera gustado, no queremos mermar los derechos de los ciudadanos, los servicios y el personal. Da lástima, yo que amo mi pueblo y llevo casi 25 años de concejal luchando por él, al hacer el presupuesto me daba pena no incluir cosas porque tenemos proyectos que nos gustaría acometer.
O sea que este año el objetivo es salvar la situación.
Sí, este primer año tiene que ser eso, lo que más nos preocupa es salvar la situación del Castillo porque si no pagamos ese dinero podemos perder la subvención. Las obras están casi terminadas, queda poco, pero queda.
A medio y largo plazo, ¿cuáles son los objetivos del mandato?
Tenemos proyectos, aunque todo va a depender de la situación económica. Queremos rehabilitar el edificio de la Escuela de Música, que sigue parado porque hay un proyecto del equipo de gobierno anterior que es muy elevado, más de 400.000 euros, y eso no se puede afrontar de golpe y hay que plantearlo por fases. Y luego nos gustaría invertir las subvenciones en cosas que sean realmente necesarias y beneficiosas para el municipio. Este año queremos hacer sostenibles las cuentas, abonar todo lo pendiente y arreglar la situación. Ahora seguramente vamos a tener que pedir financiación porque el IBI no viene hasta junio, pero no es malo tener deuda si la situación está controlada. Tenemos que tener esperanza porque para eso nos hemos presentado, tenemos que luchar y quiero que esto salga adelante.
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