Alberto Núñez Feijóo pisa el acelerador en busca de aliados. Cuando no habían transcurrido ni 24 horas de su insuficiente victoria en las urnas, el líder del PP abrió ayer una intensa agenda de contactos con otras fuerzas políticas para intentar formar «un Gobierno estable en España». En esos primeros sondeos, sus interlocutores fueron Vox, PNV, UPN y CC (Coalición Canaria), si bien hubo suerte desigual en esas conversaciones.
Al finalizar la reunión de la junta directiva nacional, avanzó que sus conversaciones con el presidente de UPN, Javier Esparza, han dado sus frutos, pues este ya le ha confirmado su apoyo en una hipotética investidura. Su sintonía con el presidente de CC, Fernando Clavijo, también es buena y confía en ganarlo para su causa; máxime después del acuerdo al que llegaron tras el 28-M para desalojar al PSOE del Ejecutivo regional de las islas.
Feijóo reconoció también que había contactado con el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, y con el líder de Vox, Santiago Abascal. Y si bien con Abascal tiene previstos acercamientos «en los próximos días», el propio Ortuzar cerró la puerta a cualquier contacto, tras comunicar a Feijóo que su partido acordó en una ejecutiva la negativa rotunda a facilitar la investidura al dirigente popular, al que llamó por teléfono a última hora de la tarde para comunicarle esa decisión.
Feijóo habla con Vox y PNV y tiene el sí de UPN a su investidura - Foto: J.P.GANDULFeijóo informó también de que su ronda de conversaciones empezó el pasado domingo (al finalizar el recuento electoral) con el socialista Pedro Sánchez. «Y si no acepta el diálogo con el PP, exploraré todas las vías para dotar a España de un gobierno», enfatizó.
El jefe de la oposición afirmó que continuará las conversaciones con el PSOE cuando se conozca el escrutinio final del voto de los residentes en el extranjero (CERA) y que, mientras, seguirá dialogando con los otros partidos. «Continuaremos las conversaciones en la próxima semana con el planteamiento de si Vox está dispuesto a iniciar o no un cambio del Gobierno sanchista», añadió.
Con 136 escaños, Feijóo se quedó a 40 de la mayoría. En base a esos resultados, dibujó ante los suyos tres escenarios: que gobierne el más votado, el bloqueo o que todos los que han perdido exploren una mayoría alternativa con el apoyo explícito o tácito de partidos populistas e independentistas. «Los españoles no pueden quedar atrapados ni en bloques, ni en bloqueos, ni permitir que nuestro país se balcanice», aseveró ante la posibilidad de un Gobierno del PSOE con el respaldo de grupos secesionistas.
Pese a haber crecido en tres millones de votos y tener ahora una mayoría absoluta en el Senado, el presidente popular asumió ante sus barones no haber alcanzado las ambiciosas metas que se habían marcado en Génova. Porque si bien el cosechado el domingo es un resultado que hace un año «parecía imposible, con la misma intensidad con que fallaron las encuestas no hemos alcanzado todas nuestras expectativas», admitió.
En todo caso, dijo no estar arrepentido de haberse exigido ganar «por mucho frente a los que se conforman con perder por menos».
Un partido unido
Feijóo, que dio las gracias a su partido y a los ocho millones de españoles que les votaron, recordó que hace un año se reunía en la misma sala «un partido en crisis, con menos alcaldes y presidentes autonómicos» que hoy. Sin embargo, contrapuso que actualmente el PP es un «partido distinto» porque está «unido» y «recuperado», siendo «de nuevo la primera fuerza de España».