Adolfo Yáñez

Aquí y ahora

Adolfo Yáñez


Seguimos perdiendo el tren

27/06/2024

Mis lectores conocen la displicencia con la que el Ministerio de Transportes, Renfe y Adif han tratado a nuestra provincia en las últimas décadas, pues nos han negado una y otra vez ese medio fantástico y moderno de transporte que es el AVE, medio que ya disfruta gran parte de la geografía española. Nos han negado los trenes de largo recorrido que hace décadas nos permitían acercarnos a múltiples lugares y nos han escatimado las inversiones que harían posible reducir el tiempo que empleamos en acceder a los escasos destinos a los que todavía nos es dado viajar desde Ávila. Y eso que, sólo en la estación de la capital, hemos sobrepasado ya la respetable cifra de un millón de usuarios anuales. Teniendo en cuenta la población con la que aquí disponemos, opino que somos muchos, ¡muchos! los abulenses que mostramos a diario una gran fidelidad con Adif y con Renfe. Sin embargo, a esas dos compañías, nada de cuanto atañe a nuestro interés parece importarles demasiado y los prebostes que rigen los destinos de la red ferroviaria española, cuando vienen a visitarnos, nada encuentran aquí digno de mejora. Incluso dan la impresión de no ver algo tan obvio como el evidente deterioro de la propia estación, con sucias marquesinas de hormigón sobre los andenes, horrorosamente ennegrecidas y desconchadas, poco dignas no sólo de una capital de provincia, sino de cualquier otro lugar, por humilde que fuera. A pesar del notable trasiego de gentes que tiene, se trata de una estación que lleva tiempo y tiempo careciendo hasta de un mísero rincón en el que poder tomar un simple café o una comida rápida. Sólo el bello artesonado de madera con el que se dotó al vestíbulo, en los ya lejanos años cincuenta del siglo pasado, y los llamativos murales del pintor José María Gimeno aguantan con cierta dignidad el paso de las décadas y tanta desidia. Pero imagino que a esos nobles labriegos de los murales les debe parecer, como a nosotros, que esta tierra que ellos allí representan desde hace 67 años merece mejor suerte en un tema tan fundamental como es el del transporte, pues ya resulta cruel la tozudez que algunos ponen en hacernos perder el tren del progreso y de la historia.

Duele que los dirigentes de Renfe o Adif nos posterguen y desatiendan en los lejanos despachos que ocupan en esas compañías o en el Ministerio de Transportes. Duele que no hayan escuchado jamás las justas protestas de la Plataforma de Ciudadanos en Defensa del Ferrocarril que aquí lleva varios lustros reivindicando nuestros derechos con ardoroso coraje. Y duele todavía mucho más la desidia de quienes, habiéndose postulado a dirigir los destinos ciudadanos en las distintas instancias de poder locales, autonómicas y nacionales, no luchan a cara de perro para que esta provincia se modernice y avance con paso firme hacia el mañana. Tendría que herirles el alma el hecho de que nuestra bella tierra abulense carezca de los medios que precisa para entrar al fin en vías del porvenir que merece, dejando atrás de una vez la inexorable condena que el destino le ha impuesto de ser siempre una provincia noble, pero pobre, con más ancianos que jóvenes, sin futuro, vinculada de forma constante al pasado, sólo al pasado, eternamente al pasado.