Decir que el fuet que elabora Embutidos Ignacio Caro es delicioso es algo que, casi, resulta una obviedad. Lo saben sus consumidores y se refrenda ahora un año más (y ya van tres) en el Concurso Internacional Great Teast, celebrado recientemente en Reino Unido, y de donde se han traído una tercera estrella para este embutido. De hecho, el de esta empresa de Sanchidrián es el único embutido de Ávila que puede presumir de contar con esta prestigiosa acreditación y el único de fuet de Castilla y León galardonado en el certamen.

Así, no resulta extraña la alegría de María Caro, uno de los motores de la empresa, consciente de la importancia de un galardón que, por ejemplo, les abre muchas puertas en el mercado internacional. «Ahora, de hecho, nos vamos a introducir en el mercado alemán», comienza a hablar para Diario de Ávila María, que habla también de cómo gracias también a la ayuda de la Junta de Castilla yLeón esperan poder entrar en Irlanda y Francia. 

«Ojalá que todo esto sirva para que la empresa crezca.Tenemos una fábrica a la última, con la mejor tecnología y preparada para exportar a esos países y a más», continúa hablando María.

Con un delicioso sabor a vinoUna fábrica de la que salen productos de alta calidad, como el fuet premiado, que se distingue de todos los demás por un ingrediente clave: el vino verdejo.

«Es vino de Rueda con Denominación de Origen», comienza María a describir el producto tres veces galardonado, antes de comenzar a describir su proceso de elaboración.

«Maceramos la masa preparada en vino por un periodo de tiempo», nos descubre, «y después se embute en una tripa muy fina para obtener una curación rápida, con el fin de que se mantenga el aroma del vino».

Con un delicioso sabor a vinoLa calidad de ese vino, sumada a la de la carne empleada («50 por ciento de cerdo Duroc», apunta María) se unen para conseguir un producto en el que las especias también juegan un papel fundamental. Hablamos del aliño de sal, la pimienta negra en grano y la blanca en polvo, que logran ese marinado perfecto para «quitar el amargor del vino».

Este fuet, como el resto de productos que salen cada día de una fábrica abierta ahora hace seis años, pasa por «un jurado experto», la familia Caro. «Tenemos la suerte de tener al cocinero en casa, mi hermano», presume María del equipo que forman todos y que les permite, por ejemplo, trabajar de manera concienzuda en la innovación de sus productos. «Siempre a través de muchas pruebas, con el ensayo-error», nos descubre la portavoz de la familia Caro, un negocio cuyo origen se remonta a hace 30 años, cuando su padre comenzó en el mundo de los embutidos.