Editorial

Consolidación de la transformación de Nissan y llegada de proyectos industriales

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Con el acto de entrega del nuevo almacén logístico de Nissan en las instalaciones del Cylog en Ávila por parte del presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, a los responsables de la factoría nipona esta pasada semana, se ponía el broche final al proceso de transformación que emprendió la planta abulense en el año 2019 cuando decidió que su futuro pasaba por dejar de fabricar camiones para centrarse en la fabricación de recambios y componentes automovilísticos. Un proceso que ha culminado con éxito y que ahora tiene por delante un nuevo plan estratégico para el periodo 2024-2027 en el que se busca expandir la actividad de fabricación y generar nuevas oportunidades en otros sectores y actividades industriales, reforzando la colaboración con la Alianza Nissan-Renault.

Un horizonte no exento de dificultades pero en el que el camino está claro, y eso favorece mucho para el desarrollo de la actividad industrial de esta planta, que debe seguir siendo uno de los motores económicos e industriales de la provincia de Ávila. 

Una provincia que, por otra parte, y como también se ponía de manifiesto estos días pasados, no destaca precisamente por la presencia de grandes empresas, que sean capaces de generar un entramado a su alrededor para fomentar un impulso empresarial y que por sí mismas puedan captar la creación y el sostenimiento de empresas auxiliares, lo que contribuye a sostener un tejido económico sólido. Según el estudio de Castilla y León Económica, en el año 2022 Ávila contaba con cuatro grandes empresas (con una facturación de más de 50 millones al año), una más que el ejercicio anterior, pero la provincia de Ávila sigue siendo la que menos empresas de este tipo acoge en su territorio, con lo que eso repercute para la creación de empleo y para la atracción de potenciales trabajadores.

Esa capacidad de atracción de empresas era de uno de los retos que tenía ante sí el Plan Territorial de Fomento para Ávila y su entorno, un plan que ha centrado parte de sus esfuerzos en apoyar ese proceso de transformación de Nissan, pero aún no se aprecian de manera evidente esos resultados con la llegada de proyectos empresariales de calado. Era muy importante asentar y fortalecer el tejido empresarial que ya existe, y buscar su desarrollo, pero no lo es menos captar la atención de empresas que den un plus a ese entramado empresarial ya existente, que ayude a ese despegue industrial que tanto necesita Ávila. 

El Plan Territorial de Fomento aún tiene que culminar esa dotación de infraestructuras en los polígonos industriales que siempre se ha dicho que son necesarias para favorecer la llegada de nuevas empresas, un proceso que se está dilatando en el tiempo y que no admite más demoras. Y hay que reactivar esa llegada de proyectos emprendedores que sean capaces de impedir la fuga de ese talento joven que se está formando en las universidades y en los centros de Formación Profesional de esta provincia y que capten la llegada de mano de obra procedente de esos lugares. Solo de esa manera estará asegurado el futuro de una provincia que sigue esperando un despegue industrial.