Del microscopio a la inteligencia artificial

B.M
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El servicio de Anatomía Patológica lleva a cabo un proceso de digitalización, el mayor de España y dentro de una red regional, que ayudará a automatizar procesos, ganar en seguridad, facilitar el diagnóstico y garantizar la medicina de precisión

Del microscopio a la inteligencia artificial - Foto: Isabel García

Procesos automatizados, más seguridad, eliminación de subjetividad y llevar la medicina de precisión a todos los pacientes son algunas de las ventajas que se logran con el proceso de digitalización al que se está sometiendo el servicio de Anatomía Patológica del Complejo Asistencial de Ávila, que cambia los tradicionales microscopios por escáneres, pantallas de máxima calidad y un sistema de gestión de imagen con inteligencia artificial, que además irá mejorando.

Esto es resultado del proyecto de digitalización que ha servido para crear una red multihospitalaria para los 14 hospitales públicos de Castilla y León y que supone el  proyecto «más ambicioso y grande de España», teniendo su germen precisamente en Ávila, explicó el delegado territorial de la Junta, José Francisco Hernández Herrero. Un proceso que ya ha sido premiado por lo que supone de innovación en salud  y que se pone en marcha con seis patólogos, dos de Burgos, uno en León, uno en Valladolid y dos en Ávila. Se trata de las patólogas Rocío Martín, jefa del servicio en Ávila, y Belén Tristán, adjunta al mismo, y que presentaron esta innovación junto a la gerente de Asistencia Sanitaria, Isabel Martiño.

Para entender la importancia que tiene este servicio basta con conocer, como señaló la propia Martiño, que «el 66 por ciento de las decisiones clínicas se basa en el diagnóstico hecho desde anatomía patológica». Y de ahí la importancia de todo lo que sea mejorar un servicio, apuntó Rocío Martín, que pasa de «los microscopios de ahora a las estaciones de trabajo con pantallas digitales» y que facilita la labor de unos profesionales que son «el corazón o el cerebro del sistema sanitario» y que ejercen como «detectives» a través de la historia clínica del paciente, las pruebas, los informes, publicaciones, clasificaciones... todo integrado con sus propios conocimientos y «la muestra que tenemos delante de nosotros».

«Trabajar con patología digital supone una revolución de innovación tecnológica y un gran impacto en nuestra especialidad» porque «va a mejorar el flujo de trabajo con la máxima automatización y estandarización, disminuyendo los errores y beneficiando la seguridad del paciente», porque «nos va a permitir disponer ya de algoritmos de inteligencia artificial de ayuda al diagnóstico y porque habrá un sistema de almacenamiento de imágenes de última generación», almacenando metadatos para futuros estudios epidemiológicos y ensayos clínicos». Además se facilita compartir información con patólogos «superespecializados» ubicados en otros centros, mejorando la calidad y la precisión de los informes de anatomía patológica.

Por tanto, el cambio hacia la patología digital «tiene una repercusión directa en la sociedad y en la comunidad científica. Este proyecto interhospitalario busca la equidad porque queremos garantizar que la medicina de precisión llegue a todos, sea cual sea el rincón de la comunidad donde vivamos».

De modo práctico, según explicó Belén Tristán, se trata de la adquisición de escáneres de última generación «que van a ser los encargados de digitalizar las muestras para poder verlas después en unas pantallas de máxima calidad» para poder hacer el diagnóstico. Esto supone que «las estaciones de trabajo del patólogo cambian, sustituimos el microscopio por dos pantallas de última generación para poder visualizar».

Para la información se cuenta además con un «cerebro que consigue integrar estas imágenes junto con los datos clínicos del paciente y las pruebas radiológicas y donde se pueda incorporar estas herramientas de inteligencia artificial. Y eso va a ser el sistema de gestión de imagen».

Todo este equipamiento se espera incorporar este mismo mes en Ávila. Y esto se hace teniendo en cuenta que Ávila ha sido seleccionada dentro de la comunidad como 'backup', es decir, que si en algún momento alguno de los hospitales tiene problemas para digitalizar sus muestras, se asumirá aquí el trabajo, de ahí que los escáneres que se incorporan aquí tengan una capacidad de 500 muestras cada uno.

En todo este proceso es importante el que supone la inteligencia artificial, que no sustituye al patólogo, pero que es una ayuda al diagnóstico. Ahora los patólogos y los técnicos se tendrán que familiarizar y aprender a manejar los algoritmos de inteligencia artificial e integrarlos en su trabajo diario porque el sistema gestión de imagen (el software, el cerebro) del que disponen trae ya algoritmos integrados que, señala Rocío Martín, «van a permitir quitar la parte subjetiva que podemos tener en un momento determinado de una medición de un biomarcador o de establecer un contaje, algo que requie're una gran precisión y que va a ser fundamental para el paciente porque va a condicionar el tratamiento, sobre todo el tratamiento oncológico que se apoya en los biomarcadores que desarrollamos» con la medicina de precisión. El algoritmo de inteligencia artificial «va a ser capaz de medir y de contrastar con lo que nuestro ojo y nuestro cerebro de un patólogo se está pensando» y, de forma práctica, esto puede ayudar, por ejemplo, a determinar una zona donde haya un foco tumoral «microscópico». «Esos algoritmos, en función del avance de la patología digital y de la inteligencia artificial aplicada, serán cada vez más complejos y supondrán una mayor ayuda, mayor seguridad en nuestros informes y mayor seguridad y precisión para los pacientes», explica puesto que los patólogos podrán ir haciendo anotaciones y mejorar el algoritmo. Hay que tener en cuenta que el hecho de que «un informe de Anatomía Patológica sea preciso, garantiza la sostenibilidad del sistema» y el tratamiento que se va a dar al paciente evitando efectos secundarios.

Este proyecto ha sido posible con la colaboración de la Gerencia Regional de Salud, entidades de investigación, empresas biotecnológicas y el aporte de fondos del gobierno de España a las comunidades autónomas.