Triplicar los sueldos públicos, mejorar los servicios básicos y restablecer la seguridad son las prioridades del nuevo gobierno en funciones en Siria, encabezado por el primer ministro interino, Mohamed Al Bashir, tras la caída del presidente Bachar al Asad.
Al Bashir, cuyo equipo de prensa había anunciado para este jueves una rueda de prensa abierta que luego fue cancelada, desveló en una entrevista difundida por la televisión siria, un plan "ambicioso" para "aumentar los sueldos de los funcionarios un 300% durante los próximos meses", con el fin de mejorar las condiciones de vida.
Aseguró además en la entrevista emitida en la televisión siria que entre las prioridades de su Gobierno se encuentra "la mejora de los servicios básicos", en particular la "electricidad, agua, pan, combustible y comunicaciones".
Además expresó su esperanza de anular el sistema llamado "tarjetas inteligentes" que se empleaba en la anterior era de Al Asad, que imponía grandes restricciones para la compra de algunos productos como gasolina.
En cuanto a la educación, Al Bashir anunció que las universidades y colegios públicos y privados retomará el curso a partir de la semana que viene y recalcó la necesidad de la continuidad de los procesos educativos "como fundamento básico para construir el futuro de Siria".
Además, reiteró que la prioridad máxima actualmente es restablecer la seguridad y la seguridad a las "zonas liberadas", bajo control efectivo de su gobierno.
En ese sentido, indicó que se ha desplegado la policía y se abrieron las comisarías en las grandes ciudades como Alepo, Hama, Homs y Damasco, que, insistió, han contribuido a limitar los saqueos que ocurrieron por el vacío temporal de seguridad de estos últimos días.
"El Gobierno continuará reforzando la presencia de seguridad para proteger las propiedades públicas y privadas garantizando que ninguna persona que haya cometido un crimen contra el pueblo sirio regrese a su anterior puesto de trabajo", dijo.
El Gobierno en funciones de Siria asumió el pasado día 10 diciembre, en principio para gestionar el país de forma temporal hasta marzo de 2025, y está formado por figuras del Gobierno de Salvación, la administración civil de la zona de Idlib dominada por los rebeldes antes de su ofensiva.
La entrega de poder se realizó en presencia del líder del Organismo de Liberación de Levante, Ahmed Al Charaa (nombre de guerra Abu Mohamed Al Jolani), durante la que se entregaron los "expedientes, sellos y resoluciones ministeriales" a los homólogos del Gobierno en funciones.
El pasado 8 de diciembre, Bachar Al Asad escapó del país rumbo a Rusia en medio del colapso de su régimen, dejando el país en manos de los rebeldes islamistas.