Editorial

La oportunidad del sector agroalimentario en la provincia

DAV
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No nos cansaremos de decir que Ávila tiene muchas posibilidades para seguir creciendo económica, laboral y socialmente desarrollando todo el potencial agroalimentario con el que cuenta. Además, buena parte de éste se encuentra ubicado en el medio rural, cerca de los productores, bien agricultores, bien ganaderos, que están manteniendo un nivel de calidad, por lo general, envidiable.

 Es verdad, que esta provincia, en las propias ventajas choca contra las dificultades. La propia orografía, la diferencia de climatología desde el norte morañego hasta el sur del Tiétar, pasando por los fríos macizos centrales... todo permite una gran variedad de productos excelentes. Sin embargo, esta variedad impide la especialización como sucede en algunas zonas de España. No en vano, esta idea puede servir de ejemplo para la producción de aceite de oliven virgen extra de los olivareros del Valle del Tiétar. Nunca podrá producir tanto aceite como se hace en algunas provincias andaluzas, pero sí se puede ahondar en la excelencia. Así, a pocos días de concluir la campaña de aceituna de este año, a pesar de que se estima (que aún no es definitivo) que la calidad del producto va a ser muy buena, la cantidad se va a reducir significativamente, hasta un 60 o 70 por ciento. Una cifra nada despreciable, a las puertas de la consecución de la Denominación de Origen Protegida definitiva, que se espera que pueda llegar el próximo año de manera definitiva, y que confirma la excelencia del producto abulense.

Calidad, que parece que es el camino por el que han optado muchos productores agroalimentarios de la provincia, con la dificultad de que sus productos tienen un mercado muy limitado y que si bien sirven para desarrollar empresas más que interesantes, no permiten, hasta el momento, que Ávila tenga una gran industria agroalimentaria de referencia que sirva para ir laminando las complejas estadísticas del desempleo que aparecen cada mes.

Pero tampoco habrá que descartar la idea si en algún momento se llega a abrir alguna vía a esta posibilidad, siempre y cuando venga asociada de un nivel de calidad óptimo y referencial, porque si no, será muy complicado hacerse hueco en un mercado muy copado por grandes marcas que han sabido posicionarse con anterioridad.

Seguir favoreciendo las sinergias, las marcas de calidad, el clúster agroalimentario... abrirá nuevas posibilidades de desarrollo empresarial en una provincia que sigue estando obligada a tirar del empuje turístico, algo apagado en los últimos años y sin grandes novedades, y del empaque agroalimentario, con firmes pasos, pero con un sinfín de oportunidades aún por aprovechar.