Pablo Serrano

CARTA DEL DIRECTOR

Pablo Serrano


Una universidad del siglo XXI

12/01/2025

Cuando hace algo más de veinticinco años echó a andar la Universidad Católica Santa Teresa de Jesús de Ávila algunos soñábamos con que se fuera convirtiendo en lo que es hoy: un centro de investigación y conocimiento consolidado y con continuas vías abiertas por explorar. 
Quienes hemos seguido de cerca el nacimiento y crecimiento de la UCAV, si echamos la vista atrás, podemos ser conscientes de la evolución que ha tenido. 
Estas palabras no quieren, ni mucho menos, desprestigiar el resto de complejos universitarios de la provincia, como la USAL, comprometida con el desarrollo del campus local; la UNED, en pleno proceso de transformación, e intentando llevar a cada vez más rincones su oferta educativa universitaria en una nueva y prometedora etapa, y siempre incluyo el Centro de Formación de la Policía –con su propia universidad, y en general con un grueso de alumnos que forman parte del tejido de la ciudad mientras cursan su formación (y éstos, afortunadamente, ya con nómina, con todo lo que eso supone para la riqueza de la provincia)–.
Desde hace tiempo reivindico un proyecto de ciudad universitaria de Ávila. Los campus están, los proyectos universitarios siguen avanzando, pero sí son evidentes muchas carencias que algunas pequeñas pero históricas ciudades universitarias tienen. Por si alguien tuviera alguna duda, hablar de proyecto de ciudad universitaria pasa por implicar a la provincia, ya que la nuestra cuenta con sobrados recursos que pueden formar parte de la oferta universitaria, como demuestran las propias titulaciones que se imparten en Ávila. 
Empezaba hablando de la Universidad Católica, y se quiera reconocer o no, es el motor universitario de Ávila, y este planteamiento debería vivir ajeno a polémicas y rivalidades estériles que no contribuyen al progreso universitario, sino que aletargan la posibilidad de alcanzar la vanguardia universitaria.
Esta semana, la UCAV ha adquirido el antiguo colegio de huérfanos ferroviarios, lo que hoy se conoce como el edificio de centros universitarios, y podrá seguir creciendo y dignificando la noble construcción que tanta trascendencia ha tenido para la historia reciente de esta provincia. Colegio de huérfanos ferroviarios desde mediados de los años 50, Escuela de Policía, al comienzo de los 80 y, posteriormente, universidad.
Hace unos meses se anunciaba la adquisición de La Calera, emblemática edificación de la calle Hornos Caleros, y se lanzaron muchas especulaciones entonces sobre su futuro: ¿aulario? ¿residencia universitaria?... Todo esto ha quedado obsoleto tras el anuncio de que se convertirá en un centro de salud mental para jóvenes, para el diálogo y el humanismo en estado puro, y a falta de saber más detalles, servirá para la reconstrucción de los valores de la sociedad desde la juventud y la institución familiar, como hacen las Cruzadas de Santa María, institución religiosa que gestiona la UCAV, con todo lo que toca. La salud mental es uno de los grandes retos de este tiempo, un problema creciente, y mientras desde la atención pública se está hablando mucho, pero haciendo no tanto, que una institución privada se proponga este desafío es más que plausible.
Así que, ¿es o no es una universidad del siglo XXI?