Casualidad o premonición, el Deportivo desperdició ayer la posibilidad de regresar a LaLiga Santander en la noche de San Juan, fiesta multitudinaria en A Coruña y día que estuvo señalado en la parte posterior del cuello de la segunda equipación blanquiazul toda la temporada.
El club se encomendó al fuego de San Juan en su vuelta al infierno de Segunda y, como se dice en Galicia, las meigas (brujas), que habelas hailas (existen), se cruzaron en su camino en el partido decisivo, en el que encajó tres goles (3-0) en Mallorca, donde defendía el 2-0 del partido de ida.
El Deportivo, que partía con el objetivo del ascenso directo, no fue capaz de mantenerse en las posiciones que llevaban a Primera División por la vía rápida y a punto estuvo también de quedarse fuera del plan B, la promoción de ascenso, pero finalmente logró acabar la fase regular entre los seis primeros puestos, donde se quedó sin el billete de vuelta a la élite.
Parecía que el ascenso en San Juan era cosa del destino en una temporada en la que eligió las llamas para decorar el autobús que utilizó en sus desplazamientos en la categoría de plata y también para dar tonalidad a su segunda camiseta.
El conjunto coruñés presentó la rotulación de su vehículo en plena Noche de San Juan de 2018, al lado de la playa del Orzán y delante del hotel habitual de concentración en los partidos que disputa como local, la misma zona en la que un año después, miles de personas estaban pendientes de avivar el fuego de las hogueras y de lo que sucedía en Mallorca.
En este viaje a la isla, el bus no acompañó al Deportivo, sino que se quedó en A Coruña tras haber trasladado al equipo la Aeropuerto de Alvedro.
El vehículo divulgó por todos los campos de Segunda División penínsulares la relación entre el fuego, las meigas y Galicia, con las letras del equipo impresas como si fueran llamas, el esqueleto de una sardina, típico de San Juan, y el lema Meigas fóra, que se utiliza en gallego para espantar el meigallo, la mala suerte. Al final, no logró quemarlo.
El guiño a la fiesta de San Juan, muy popular en la ciudad gallega, rozó lo premonitorio. El club esperaba cuadrar el círculo en Palma, tal y como recordó en sus redes sociales horas antes del partido.
"Desde hay 365 días llevamos grabada en el cuello de nuestra camiseta una fecha: la de la noche meiga de nuestra ciudad. Llevamos 365 días bajo un conjuro. Hoy es el día, esta es la noche, meigas fóra", publicó el Deportivo antes de salir a Son Moix.
Las meigas aparecieron en Mallorca y el equipo coruñés se queda en el infierno de Segunda División. Por primera vez desde el ascenso de 1991, pasará dos temporadas seguidas en la categoría de plata