Siete años de lucha contra las minas en el Corneja

D.C
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La Plataforma No a la Mina en el Valle del Corneja y la Asociación Vive el Valle del Corneja celebra un aniversario «triste» pero al que llegan con un notable éxito en su defensa de la comarca

Siete años de lucha contra las minas en el Corneja

La Plataforma No a la Mina en el Valle del Corneja y la Asociación Vive el Valle del Corneja celebran siete años desde el comienzo de su «lucha contra los proyectos mineros que quieren implantarse» en esa comarca abulense, «triste aniversario» que comenzó «aquel 28 de febrero de 2017 en el que fuimos conscientes del peligro que nos acechaba con el expediente minero Sonsoles 1.138, y aquel 'estoy aquí porque amo a mi pueblo', una de las frases que darían paso a otras muchas que han demostrado el sentimiento de nuestras reivindicaciones, han transcurrido 2.555 días en los que hemos permanecido alerta para que nuestras poblaciones no se vieran invadidas por la minería a cielo abierto».

Recuerdan que dieron ese paso adelante al conocer, y «no por los ayuntamientos, como nos hubiera gustado», que «la empresa minera Transportes, excavaciones y hormigones Sonsoles S.L. pretendía abrir una mina a cielo abierto para extraer feldespato en 54 cuadrículas mineras (cada cuadrícula tiene una superficie de unas 38 hectáreas), que afectaría a los municipios abulenses de Zapardiel de la Cañada, Tórtoles, Becedillas (con su anejo Casillas de Chicapierna) y Bonilla de la Sierra (con sus anejos Cabezas de Bonilla, Ribera del Corneja y Pajarejos)». Dos meses después, añaden, «la misma empresa extendería su ambición hasta las 100 cuadrículas mineras con un segundo expediente minero: Villatoro 1.143 que afectaba a Casas del Puerto de Villatoro, Tórtoles y Becedillas (estos dos últimos con sus respectivos anejos). En su búsqueda por la rentabilidad, acabó renunciando a parte del expediente Villatoro eligiendo 20 de las 46 cuadrículas mineras que lo comprendían para solicitar una concesión para la explotación directa de la mina, con el nombre de Esperanza, renunciando definitivamente a este proyecto pero abriendo otro: Madueña 1.149, que afectaba a Bonilla de la Sierra (con su anejo Pajarejos) y a Casas del Puerto, pidiendo asimismo la explotación directa».

En 2022, siguen, «un nuevo actor hacía su aparición: Cerro el Rocil, filial de Grupo Cosentino que, con el expediente Polonia 1.152, quería iniciar un proyecto de investigación en 71 cuadrículas mineras en Becedillas (con su anejo Casillas de Chicapierna), Malpartida de Corneja, El Mirón (con su anejo Aldealabad del Mirón), Collado del Mirón y Santa María del Berrocal (con sus anejos Valdemolinos y Navahermosa de Corneja). Así el Valle del Corneja veía amenazados a 16 de sus pueblos».

Aquel «primer paso» en 2017 «se convirtió en una carrera por presentar a tiempo alegaciones, recursos de alzada y procedimientos judiciales para intentar paralizar estos proyectos; por aprender cuáles eran los peligros reales y cómo combatirlos; y por transmitir a la población, a los partidos políticos y a los organismos oficiales, la urgencia de unirse a la lucha para que las prospecciones no se llevaran a cabo y las minas a cielo a abierto no vieran la luz. La lucha ha dado sus frutos al conseguir el apoyo de partidos políticos, sindicatos, asociaciones y administraciones. Hoy son los propios alcaldes quienes más concienciados están de que su papel es primordial para no permitir que las mineras dejen un paisaje yermo y una economía local arruinada».

Con nuestra movilización «también conseguimos paralizar, con 4.500 recursos de alzada, el expediente Sonsoles (no ha sido rechazado). Y el apoyo de la Junta de Castilla y León, que dio carpetazo definitivamente el expediente Madueña».

Además, «los habitantes del Valle han hecho suya la necesidad de estar siempre alerta, algo que les hizo enfrentarse, hace unos meses, a Cerro el Rocil al tratar de impedir que llevasen a cabo las primeras catas sin haber solicitado el permiso de los propietarios de las tierras, tras lo cual se presentaron las denuncias pertinentes».

Así las cosas, apuntan, «nos consideramos un actor importante en la defensa del entorno rural abulense y en la lucha por defender los derechos y el bienestar de sus habitantes, actuando de puente en esta defensa con otras provincias al establecer alianzas con otras organizaciones y plataformas medioambientales nacionales con quienes hemos realizado campañas de presión para que los diferentes gobiernos tomen medidas más estrictas para regular las prácticas mineras». 

Apuntan finalmente que, tras haber «demostrado resiliencia contra las multinacionales mineras en una confrontación desigual, nos gustaría terminar en breve con esta pesadilla pero seguiremos luchando contra ella con el mismo espíritu y con el mismo ánimo que el primer día porque el futuro de nuestros pueblos está en juego».