La tienda de telas a la que volver

M.E
-

Retales Isabel, en La Cacharra, ha superado el medio siglo de vida como un referente no solo del barrio sino de Ávila. Calidad, variedad y precio avalan a un negocio que tiene tela para rato

La tienda de telas a la que volver - Foto: David González

UNA clienta acude a nuestra tienda protagonista de hoy con su hija y su nieta para comprar telas para hacer vestidos y accesorios para la niña, como hace décadas lo hacía con su madre. Es una escena habitual para Manolo Lozano, el propietario de Retales Isabel, el emblemático establecimiento ubicado en La Cacharra, en la zona norte de Ávila, que es todo un referente no ya para el barrio, que también, sino para toda la ciudad y la provincia. Incluso tiene clientes que viven fuera y que cuando vienen a Ávila o algún pueblo donde tienen familia no dudan en acercarse hasta su mostrador atraídos por la calidad y variedad de su catálogo, por sus precios y por un asesoramiento personalizado. «Me dicen que si no lo hay aquí, no lo encuentran en ningún sitio», señala orgulloso Manolo, quien echando la vista atrás a bote pronto se acuerda de una compradora muy especial, la mismísima Infanta Elena, que además de llevarse telas «sabiendo bien lo que compraba» ha repetido varias veces.
Y es que medio siglo da para mucho. Este comercio de los de toda la vida, y de los que cada vez quedan menos, por cierto, está a punto de cumplir 51 años sirviendo todo tipo de tejidos y retales a propios y extraños, además de telas para el hogar y confecciones de cortinas, estores, sábanas o edredones. Es la tienda de referencia de Ávila, lo que lleva a sus responsables a haber conocido «hasta a cuatro generaciones» de la misma familia.
La «inmensa mayoría» de los clientes son mujeres que buscan telas para confeccionar sus propias piezas, aunque «también tenemos a algún hombre que, por ejemplo, se decide a tapizar algún mueble». Con los festivales de Navidad de los colegios, el Carnaval, la Semana Santa y los Medievales como cuatro de los momentos fuertes del año, Manolo Lozano reconoce que el interés por coser y elaborar trajes y complementos ha decaído ligeramente con el paso de las décadas, aunque «hay épocas en las que se vende más» una cosa que otra porque las modas van y vienen. 

 

Lea el reportaje completo en la edición impresa