El futuro del monasterio de Santo Domingo en Piedrahíta ha levantado mucha expectación en la localidad, sobre todo ahora que se conoce que la Junta de Castilla yLeón llevará a cabo obras de consolidación de este espacio, con un presupuesto de 340.000 euros y un plazo de ejecución de ocho meses. Este proyecto incluye la consolidación de las capillas, la reparación de los muros perimetrales y la nueva cubrición de la cabecera del templo, también pensando en un uso cultural que se le quiere dar desde la localidad.
Y precisamente algunas de estas ideas estuvieron presentes en la conferencia que se celebró en la capilla central del monasterio, uno de los pocos elementos que aún se mantiene en pie del antiguo complejo monástico. Este recinto, fundado en 1371 como monasterio de la orden de los dominicos, sufrió diversas etapas de construcción y reconstrucción, siendo testigo de incendios, desamortizaciones y una explosión en 1812 que marcó el inicio de su abandono y posterior desamortización en 1834. En 1878, parte de las ruinas fueron rehabilitadas para albergar el cementerio municipal, aunque hoy en día, el deterioro causado por la falta de mantenimiento y la exposición a los elementos ha llevado a su inclusión en la Lista Roja de Patrimonio.
La conferencia corrió a cargo de la arquitecta Julia Pindado, que dedicó su trabajo de fin de grado a este edificio y propone un proyecto de intervención que se centra en la consolidación de las capillas y los muros de cerramiento, así como en la nueva cubrición de la cabecera del templo. La arquitecta enfatizó la necesidad de proteger el interior de las capillas de los agentes externos, especialmente el agua, que ha causado graves problemas de humedad y deterioro de los materiales. Además, señaló la urgencia de sanear el sistema estructural y reparar los daños existentes en los muros perimetrales. Pindado también abordó la importancia de dotar al monasterio de un uso cultural que ponga en valor su arquitectura y contribuya a su conservación. Propuso criterios de intervención basados en la autenticidad, la compatibilidad con los materiales originales, la mínima intervención y la reversibilidad, garantizando que cualquier modificación respete y conserve las partes originales del edificio. La arquitecta concluyó su presentación subrayando que la conservación del monasterio no solo es una cuestión de mantener una estructura física, sino de preservar un legado histórico y cultural que enriquece la identidad de Piedrahíta y su comunidad. Por todo ello, defendió que para potenciar su conservación y mantenimiento es necesario que el monasterio vuelva a tener actividad-