Durante casi una semana, la música de violoncello ha llenado el centro de la ciudad de Ávila gracias al festival 'Cellobration'. Una primera edición de un certamen musical que, durante seis días, ha contado con la presencia de cerca de un centenar de personas entre alumnos, profesores y familiares y que esta mañana puso punto final con un concierto grupal en el Auditorio Municipal de San Francisco. Un broche de oro para un festival «intenso, pero muy gratificante», como lo ha definido Bárbara González, miembro de la organización.
Junto con la colaboración de Glòria Rododera y Lucía Díez, las tres han creado en Ávila un certamen inspirado en el 'Cellofest' que se celebra en la ciudad de Ipswich, en el Reino Unido. «Siempre que íbamos allí volvíamos enamoradas de su formato, que es solo para violoncellistas con metodología Suzuki (método para aprender música desde edades muy tempranas, con lo que lo utilizan casi como una lengua materna), y queríamos traerlo a España. Ávila nos pareció una buena idea porque es una ciudad pequeña a la que se puede acceder a pie a los distintos escenarios de las actuaciones», ha explicado Bárbara. Todos esos condicionantes, unidos al innegable atractivo turístico de la capital, han hecho que 'Cellobration' haya sido todo un éxito: «No nos esperábamos esta gran acogida».
Y ese gran recibimiento se puso de manifiesto en el concierto que se celebró en el Auditorio de San Francisco, donde los 40 estudiantes (más sus profesores y familiares) actuaron ante la atenta mirada del público abulense. Un bonito espectáculo en el que los jóvenes intérpretes (de entre tres y 16 años) mostraron sus grandes dotes para la música. «Es una gozada, porque lo que más nos gusta es compartir la música con los familiares, amigos y todo el mundo que se quiera unir», ha afirmado González.
'Cellobration' ha sido un festival versátil en cuanto a las edades y actividades (ha habido sesiones de perkimba, danza o improvisación, charlas, dinámicas de grupo y tiempo para el ocio) como en las nacionalidades de los participantes, ya que han intervenido personas procedentes de muchas partes de España (Valencia, Galicia, Mallorca, Cataluña) como del extranjero (Países Bajos, Portugal, Estados Unidos). «Ha sido una pasada poder acceder y contactar con tanta gente que tenga la misma pasión por el violoncello y por compartir la música», ha sentenciado González.
Ávila ha sido la primera capital de provincia española en acoger este certamen que espera tener mucho recorrido en el tiempo. «Me hubiera encantado que hubiera habido un festival similar cuando yo tenía sus edades», ha confesado Bárbara. Una ilusión que ha conseguido traer a su ciudad natal y que espera llenar sus calles de felicidad durante muchos años.