Medio centenar de mujeres de Sanchidrián se reunió este sábado por la mañana para festejar a Santa Águeda. Este año, por primera vez, la fiesta ha dado comienzo en el Salón de Plenos del Ayuntamiento. Allí, el alcalde del municipio, Manuel Arribas, ha hecho la entrega simbólica del bastón de mando a las alcaldesas elegidas entre las aguederas del pueblo: Micaela Jiménez Llorente y Montserrat Manzanas López, que recibieron sendas bandas honoríficas en reconocimiento. Las aguederas de Sanchidrián celebraron su fiesta con la satisfacción de que este año han incorporado diez mujeres más, algunas de las cuales lucieron la indumentaria típica.
Arribas se dirigió a las asistentes, señalando su alegría por ver tan repleto el Salón de Plenos, felicitando a todas las presentes y destacando el arraigo y aceptación que tiene esta fiesta en el pueblo. «Pasado, presente y futuro se dan la mano. Los recuerdos van y vienen y se convierten en un escenario de conservación, puesta en valor y difusión de nuestras tradiciones y, con ellas, de una cultura que hemos sabido proteger generación tras generación, inculcando el respeto, la emoción y el fervor hacia una festividad que está enraizada en nuestras propias señas de identidad», manifestó.
Asimismo, pidió a las más jóvenes que sigan «manteniendo esta tradición porque esta fiesta no es solo una oportunidad para celebrar nuestra herencia cultural y religiosa, sino también para reunirnos como comunidad y fortalecer los lazos entre locales y visitantes». Además, prosiguió el alcalde de Sanchidrián, «es una jornada en la que la tradición se une con la reivindicación por una lucha efectiva y real por la igualdad entre hombres y mujeres en el medio rural con la que este equipo de Gobierno está plenamente comprometido». Durante el acto, dejó clara su intención de trabajar por la igualdad de género y por un mundo donde las mujeres sean valoradas y respetadas en todos los ámbitos.
Tras el recibimiento por parte de la Corporación Municipal, las aguederas se desplazaron hasta la iglesia de San Martín Obispo, donde tuvo lugar la misa. Después, acompañadas de música de dulzaina y tamboril, celebraron la tradicional procesión por las calles de la localidad, donde bailaron la jota. La jornada concluyó con una comida de hermandad.