Cerca de 125.000 personas asistieron a las Jornadas Medievales de Ávila, según las estimaciones del Ayuntamiento, que calificó este lunes de «gran éxito» esta XXVII edición en la que «se cumplieron las expectativas iniciales y se recuperaron las cifras de hace dos años», tal y como indicó la teniente de alcalde responsable de Turismo, Sonsoles Prieto, quien destacó su «normal desarrollo» durante esas «tres intensas jornadas», con «una afluencia constante de público en todos los espacios y las cerca de 120 actividades desarrolladas, pero sin grandes aglomeraciones».
Un ejemplo de esa gran afluencia fueron los torneos a caballo celebrados en el Atrio de San Isidro, con aforos que rondaron los 4.000 ó 5.000 espectadores, especialmente en la tarde del sábado, y otro el hecho de que se agotaran las existencias el sábado en las tabernas instaladas en el Mercado Grande y la plaza de la Catedral, que obligaron a reponer para poder abrir el domingo.
Pero además de esos buenos números, la teniente de alcalde destacó la labor realizada por el dispositivo de seguridad, compuesto por la Policía Local, Bomberos y Protección Civil, con la colaboración de la Policía Nacional, que junto a la empresa organizadora y los servicios municipales implicados llevan trabajando desde hace meses para su buen desarrollo, permitiendo que «el operativo funcionara a la perfección, controlando los flujos de visitantes a los diferentes espacios, sin grandes aglomeraciones gracias a la redistribución de espacios hecha en esta edición, que ha llevado a aumentar los puntos englobados dentro del recinto del mercado para esos más de 220 puestos de artesanía y alimentación y para el público». Ese fue el caso de la calle Tomás Luis de Victoria o la redistribución realizada en Teniente Arévalo y el Paseo del Rastro, «permitiendo descongestionar otras zonas en las que otros años se registraban aglomeraciones», comentó Prieto, quien indicó que el momento de mayor afluencia fue el sábado sobre las ocho de la tarde, que llevó a habilitar el Arco del Alcázar sólo en sentido entrada al recinto amurallado a las 21 horas y durante un rato.
Además, destacó la responsable municipal como puntos de mayor afluencia el Rastro y el Mercado Grande, recuperado este año como punto escénico con 30 actividades, y la calle San Segundo durante los pasacalles, y remarcó la repercusión que las Jornadas Medievales han tenido en la hostelería «durante todo el fin de semana, tanto con abulenses como con visitantes», que hacen de este evento «un atractivo de primer nivel, declarado de Interés Turístico Nacional, y un revulsivo económico fundamental para la ciudad, que ya es ejemplo para otras ciudades como Ibiza o Segovia».
Otros datos de esta XXVII edición aportados por el concejal de Turismo, Carlos López, son los aparcamientos disuasorios de los aledaños de la plaza de toros y de la explanada trasera del Lienzo Norte completos ya el sábado a media mañana, o las atenciones en el Centro de Recepción de Visitantes, que ponen de manifiesto que un 90% de los visitantes eran nacionales y entre el resto hubo un 3% de Chile y un 1,5% tanto de Australia como de Bélgica.
Además, en el Puesto de Mando Avanzado de la plaza de la Catedral se distribuyeron más de 1.400 pulseras identificativas para niños y durante los tres días se registraron 33 asistencias sanitarias, principalmente por traumatismos debido a caídas, pero también una mujer que sufrió un infarto y tuvo que ser trasladada el sábado a Salamanca.
Próximo reto. Tras el éxito de estos tres días de Jornadas Medievales, el Ayuntamiento ya ha comenzado a trabajar en la próxima edición, «sentando las bases para la obtención de la declaración de Interés Turístico Internacional», comentó Carlos López, quien recordó que «para lograr este reto deben pasar cinco años y con ese objetivo comenzamos a preparar actividades complementarias al mercado y a trabajar en nuevas iniciativas que se irán presentado próximamente».