Barro, el primer restaurante abulense con una Estrella Michelín, estrena este jueves nueva andadura. Tras abrir sus puertas en abril de 2023 en la céntrica calle de San Segundo, ahora da un salto. Vuela a las afueras de Ávila, pero lo hace manteniendo a la Muralla como vecina de excepción en su emplazamiento en el número 4 de la carretera de Salamanca, entre el Puente Adaja y los Cuatro Postes.
Cambia, pues, el espacio. Cambia también el menú, nos adelanta su responsable, el cocinero Carlos Casillas. Pero mantiene esa «cocina de escucha» y de «preguntas constantes» de la que presume un equipo compuesto en la actualidad por 15 personas. Y de todo ello hablamos horas antes de la (nueva) apertura de puertas de Barro con el reconocido chef abulense.
¿Qué supone en el proyecto la apertura del nuevo local?
Yo diría que la apertura, a nivel creativo, nos abre un nuevo paradigma de posibilidades en las que ya no estamos limitados por el tamaño reducido de la cocina. Abrir ventanas y espacios nos ayuda a abrir nuestra mente.
¿Cómo definirías el nuevo espacio?
El nuevo espacio es mágico, pero, sobre todo, es luz. El local antiguo, aunque era íntimo, no contaba con luz natural. Ahora quienes vienen a nuestra casa y quienes trabajamos en ella tenemos la suerte de contar con unas vistas privilegiadas al río y la muralla que pueden apreciarse desde la sala, pero también desde la cocina.
Todos los que han pasado por el nuevo espacio destacan también la sensación de calma que se respira cuando te sientas a la mesa. Y eso que contamos con una cocina de pase instalada en la sala donde se nos puede ver trabajar mientras preparamos y servimos el menú.
El cambio de local, ¿supondrá también un cambio en el menú?
Sí. Ahora servimos nuestro nuevo menú, Volver. Es un menú un poco más largo, con 17 pases y cuatro opciones de platos extra, que nos permiten expresar lo que ha significado Barro desde el principio.
Nos gusta decir que somos cocina de escucha porque nos hacemos preguntas de manera constante a las que tratamos de dar respuesta a través de la cocina.
Va a estar ahora cerca de otros restaurantes emblemáticos de Ávila. ¿En qué medida beneficia esa cercanía, si es que es así?
Estamos muy contentos. Siempre he celebrado las cosas importantes en El almacén, y poder compartir paredes es una felicidad para nosotros.
Otra 'vecina' de lujo que va a tener Barro es la Muralla de Ávila, de nuevo.... ¿Es importante para Barro seguir apegado al emblema de la ciudad?
Como hemos dicho antes, contamos con unas vistas impresionantes. Nos hemos alejado de la Muralla para poder contemplarla en todo su esplendor. Y poder disfrutar de una panorámica así de la ciudad nos aporta un valor incalculable