Un día para el recuerdo

Sergio Jiménez
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La localidad de San Miguel de Serrezuela brinda un sentido homenaje a Luciano Carabias, vecino enfermo de Alzhéimer

Un día para el recuerdo

Luciano Carabias Gayo es un vecino de San Miguel de Serrezuela, «su pequeño gran pueblo de Ávila», que, por desgracia, sufre el mal de Alzhéimer. Sin embargo, ayer fue un día para recordar, por su parte y la de sus familiares y amigos. Los vecinos del municipio le brindaron un sentido homenaje donde le mostraron todo el cariño que sienten por él.

La iglesia parroquial de San Miguel Arcángel se llenó para el acto. Durante la misa del mediodía, el párroco, D. Antonio Luis, bendijo un cuadro de la Virgen de la Encina, patrona del municipio, pintado por María del Pilar López, mujer de Luciano. Una imagen muy bonita y simbólica para toda la familia Carabias López, ya que «su preciosa Virgen de la Encina, que tanto cariño y devoción le profiesa, la tiene en su mesita de noche y la mira mientras se duerme», confiesa su querida esposa. 

El cura D. Antonio Luis hizo un recorrido por la vida del homenajeado y sus hijos realizaron las lecturas de rigor. «Fue un acto muy bonito. Todos acabamos llorando de lo bonito que fue todo», expresó Pilar. Además, se repartieron muchos recordatorios con la imagen de la Virgen de la Encina y una brillante poesía en su honor. Un poema que Pilar leyó durante la ceremonia, accompañada de sus dos nietos, y que dejó a todo el público arrasado en lágrima de emoción por su belleza.

Un día para el recuerdoUn día para el recuerdoEl evento sirvió para que la familia (sus hijos Pedro y José Ramón, sus nueras Beatriz y Natalia, sus nietos Carlos y Clara y el resto de allegados) se reuniera en el pueblo en torno a la figura de Luciano, que así pudo regresar a su querido pueblo del Valle del Corneja gracias al empeño y dedicación de su esposa que, con la honorable excusa de la bendición del cuadro, consiguió organizar este bonito reconocimiento. No faltó nadie que quisiera dar un sentido abrazo a Luciano. Incluso el alcalde Cipriano Gómez, estuvo presente, dejando constancia de la representación institucional de San Miguel de Serrrezuela en esta precioso día.

Quizás, a pesar de la dura y cruel enfermedad que sufre Luciano, la  cercanía y el cariño de los suyos le permitió rememorar algunos de los felices momentos que vivió en San Miguel de Serrezuela, en su «querida tierra de Castilla», durante su infancia. O, al menos, seguro que esta agradable jornada le quedará guardada en algún lugar de su mente para siempre. Y, si no, ya estará sus familiares para recordárselo siempre que lo deseen. Como colofón, la familia Carabias López se marchó a comer a uno de los pueblos vecinos donde, con más calma, pudieron reposar todas los sentimientos que vivieron durante la mañana. Todo sea por Luciano, su vida bien se lo merece.

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