Es tan mentiroso este gobierno, tan maniobrero, que cuando hace unas semanas presentó los actos con los que se celebraría la llegada a España de las libertades, anunciaron que el Rey Felipe no podía asistir a la presentación, pero que acudiría al 80 aniversario de la liberación del campo de Auschwitz. Una palabra que representa más que cualquier otra el horror de la Segunda Guerra Mundial con la muerte de millones de judíos perseguidos y exterminados por el nazismo.
La manipulación se había iniciado ya con el título del año conmemorativo preparado por el gobierno español, "España en libertad", cuando no se trata de recordar el esfuerzo del pueblo español y sus dirigentes políticos para poner fin a la represión de la dictadura, sino de poner de relieve los males del franquismo y la falta de derechos ciudadanos ando a entender a los españoles lo que les espera si permiten que de nuevo gobierne en España la derecha. Identificando a la derecha con el franquismo.
No contentos, en su gran e inconmensurable mentira, identifican con la Memoria Histórica la presencia de los Reyes en el acto con el que se conmemora la liberación de Auschwitz. En esa línea de falsedad e intento de instrumentalización del Jefe de Estado, el gobierno no designa al ministro de Exteriores para que acompañe al Rey, como debería ser, sino al de Política Territorial y Memoria Histórica, Victor Torres, que para mayor escarnio está incluido en las investigaciones de los casos Ábalos y Koldo.
El acto del campo de exterminio polaco ni lo organiza el gobierno ni tiene nada que ver con el programa sanchista "España en Libertad" con el que Moncloa pretende meter miedo a quienes se resisten a seguir votando a Pedro Sánchez. Se trata de un acto solemne de alcance internacional, fundamentalmente europeo, al que asistirán este lunes los Reyes españoles, Carlos de Inglaterra, los Reyes de los Belgas, de los Países Bajos y de Dinamarca, Presidentes de Francia, Alemania, Italia, Polonia y Austria entre otros países, así como los presidentes de las instituciones europeas.
A lo mejor no lo sabe Sánchez, o no lo quiere saber, pero los Reyes ya acudieron a ese campo de exterminio hace cinco años, cuando el 75 aniversario. Y sus padres a finales de los 80, empeñado el Rey Juan Carlos en visitar Auschwitz cuando viajó oficialmente a Polonia.
En el campo, por cierto, D. Juan Carlos y Doña Sofía conocieron a Manuel, un español sobreviviente, que había decidido ser guía para que los visitantes, a través de un testigo directo, conocieran el horror que allí se vivió. Un hombre que vio cómo iban cayendo sus compañeros por enfermedades y extenuación, o eran conducidos a los hornos crematorios.
Pedro Sánchez no conseguirá desacreditar al Rey dando a entender que le marca la agenda. D. Felipe sabe perfectamente qué iniciativas le permite la Constitución, de la que no se aparta ni un milímetro.
Cuando Sánchez alardea de que le indica por dónde caminar, el Rey ya está de vuelta.