Un total de 2.655 jóvenes estuvieron dado de alta en la Seguridad Social en 2024 por sus prácticas no remuneradas en la provincia de Ávila, una cifra que en Castilla y León se situó en 41.778 y que en el conjunto de España alcanzó los 944.547, según un comunicado remitido este jueves por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.
Desde el 1 de enero del año pasado, los alumnos que realizan prácticas formativas no remuneradas están incluidos en el sistema de la Seguridad Social. Esta medida ha permitido cotizar por ellos, al menos, un día en este primer año. Este colectivo no computa en los datos generales de afiliación, es decir, no están contabilizados en los 21,3 millones de afiliados con los que terminó el año.
Con esta medida, todos los alumnos universitarios y de formación profesional que realizan prácticas formativas o prácticas académicas externas (remuneradas o no) incluidas en programas de formación cotizan a la Seguridad Social. Hasta ahora solo existía la obligación de dar de alta a los alumnos que llevaban a cabo prácticas remuneradas, medida puesta en marcha en 2011.
Así, el casi millón de alumnos en prácticas no remuneradas se suma a las cerca de 250.000 personas de alta en la Seguridad Social por realizar prácticas remuneradas en 2024.
De los casi 42.000 jóvenes que estuvieron afiliados este pasado año en Castilla y León, 12.415 correspondieron a la provincia de Valladolid, seguida de los 9.384 de Salamanca, 6.887 de Burgos y 5.931 de León. Por debajo se encuentran Ávila (2.655 personas), Palencia (1.352), Zamora (1.350), Segovia (1.242) y Soria (670).
La ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, destacó que el alta en la Seguridad Social de los estudiantes en prácticas no remuneradas fue una de las novedades más importantes de 2024. «Supone una extensión de derechos para los más jóvenes, fundamentalmente. Son el futuro del sistema y deben formar parte de él desde el inicio de su carrera laboral. Durante sus prácticas formativas disponen de una cobertura social, de protección frente a enfermedades o accidentes laborales, a la vez que generan derechos para la percepción de futuras prestaciones como la jubilación», explicó.
La acción protectora es la correspondiente al régimen aplicable, con la exclusión de la protección por desempleo, de la cobertura del Fondo de Garantía Salarial y del Mecanismo de Equidad Intergeneracional. En el supuesto de las prácticas no remuneradas se excluye también la protección por la prestación de incapacidad temporal derivada de contingencias comunes. Esta medida cuenta con una amplia bonificación en las cuotas a la Seguridad Social que alcanza una reducción del 95 por ciento en la cotización por contingencias comunes.
Las prácticas que están incluidas son las realizadas por alumnos universitarios, ya sea para obtener una titulación oficial (grado, máster o doctorado) o para un título propio de la universidad; las desarrolladas por alumnos de FP, siempre que no se presten en el régimen de formación profesional intensiva, es decir, siempre que no tengan carácter laboral; y las prácticas realizadas por alumnos de enseñanzas artísticas superiores, enseñanzas artísticas profesionales y enseñanzas deportivas del sistema educativo.