Se acerca el invierno y Ciudadanos afronta su refundación, que puede quedarse en un mero cambio de piel, de marca. Con una representación de 10 diputados en el Congreso, irrelevantes en Cataluña, Castilla y León y Murcia, sin asientos en la Comunidad de Madrid y Andalucía y con unas expectativas negras, el partido liderado por Inés Arrimadas confía en remontar en mayo en las autonómicas y municipales, así como en las generales de finales de 2023. Quién se lo iba a decir a los liberales que hasta no hace mucho gobernaban con el PP en Murcia, Castilla y León, Madrid y Andalucía, que fueron el tercer partido con más representación en la Cámara Baja y que ganaron en Cataluña.
De momento, como no se cansa de repetir la vicealcaldesa de Madrid y coordinadora del equipo para la Refundación de Cs, Begoña Villacís, «empiezan de cero». Esta semana finalizó el proceso de escucha de afiliados y simpatizantes, y en las próximas semanas se dará forma a las propuestas recibidas a través de 2.076 encuestas.
El objetivo es que se debatan en una asamblea extraordinaria sin fecha -cosa que ha provocado los ataques de los críticos-, pero que será a final de diciembre o principios de enero, por lo que antes de febrero se hará público un decálogo del que se habla desde el desastre en los comicios andaluces. La presidenta y el portavoz de la plataforma, Guillermo Díaz, fueron a Alemania a reunirse con sus colegas liberales a mostrarles su proyecto.
Un sistema único de educación, un pacto intergeneracional para las pensiones, que son ahora «insostenibles», o auditar el gasto público son algunos de los puntos incluidos en un programa que se está cociendo en Alcalá 253, la sede central de la formación.
«Empezamos de cero, pero con mucha más sabiduría y conocimiento», comentó recientemente Villacís, que unos ven como la sucesora de la jerezana y otros como el fichaje estrella del PP en los comicios locales y sobre todo autonómicos. Ella lo niega por activa y por pasiva, pero tampoco da el paso adelante para postularse como cabeza de cartel en las regionales madrileñas. De hecho, desde el fiasco de Edmundo Bal en los comicios de mayo de 2021, no ha sonado nadie para luchar por la plaza que le puede dar oxígeno a un paciente que, como señalan de puertas para adentro, «está en la UCI».
Desde luego, la apuesta que ha hecho Cs es fuerte. No le quedaba otra. «Vamos a hablar de lo que el PSOE y el PP no van a decir en la vida. Nadie se atreve a decir en España que nuestro sistema de pensiones es insostenible», señaló Villacís. Lo que hay que saber es cómo lo tocarían los liberales y si eso se les puede volver en contra.
Todo se encuentra en preparación pues el proceso de escucha acaba de cerrarse. Ahora es el turno de los cinco grupos de trabajo que están elaborando el decálogo:
Democracia interna
Se demanda un mayor protagonismo y autonomía para los territorios, así como una mejora de la comunicación interna, un fortalecimiento de la presencia territorial y la coordinación con los municipios. También una política de pactos basada en acuerdos programáticos y sustituir el actual sistema de elección mediante compromisarios por un sistema más participativo y abierto. Hay que recordar que la forma en la que llegó Inés Arrimadas a liderar Cs no gustó en determinados sectores, así como que se quedara sin representación alguna en la Ejecutiva su rival, Francisco Igea.
Regeneración
Este segundo equipo de trabajo se ha centrado en asuntos mucho más programáticos, siendo dos de ellos sumamente polémicos:la legalización de la prostitución y la eutanasia. También se quiere endurecer la lucha contra la okupación. Eliminar los aforamientos, llevar a cabo una reforma electoral que favorezca la proporcionalidad (en detrimento de regiones como Cataluña o País Vasco) y bajar los cargos de libre designación constituyen viejas reivindicaciones de los liberales, que inciden en aligerar la Administración reduciendo el tamaño y el peso del Estado, así como centralizar las competencias existentes en educación y sanidad.
Economía
En cuanto a políticas económicas, energía y digitalización, los afiliados de Cs consultados se mostraron favorables a apostar sin reparos por la energía nuclear como acompañamiento a las renovables; proclamar que el actual sistema de pensiones es «insostenible»; una bajada de impuestos «sin miedo» y proteger a las clases medias; así como incentivar el teletrabajo. Llama la atención que hay un apartado dedicado a las criptomonedas, ya que entienden desde la formación naranja que debe haber una regulación legal, que haya una equiparación en garantías y derechos de estos medios de pago con respecto a las actividades financieras convencionales. «Es un tema que nos sale de forma muy recurrente», señaló esta semana Díaz.
Políticas sociales
El cuarto grupo, centrado en políticas sociales y medioambiente, pide auditar todos los subsidios y subvenciones; mejorar el sistema de becas; y un aumento de plazas de residencia pública con apoyo a cuidados de personas dependientes. Asimismo, se muestra a favor de que los naranjas estén presentes en el Orgullo y el 8-M.
Exteriores
Por último, en cuanto a Europa y asuntos exteriores, el grupo de trabajo apuesta por listas trasnacionales para las elecciones europeas; hacer mayor pedagogía sobre lo que la UE hace por los españoles; y hacer «menciones reiteradas» a los vínculos de España con Hispanoamérica. Sobre la transición ecológica no hay acuerdo unánime, por lo que será la asamblea extraordinaria de la Refundación la que decante la balanza por un lado u otro.
Llama la atención que Inés Arrimadas haya cedido todo el protagonismo a Villacís y Díaz. Yes que entiende que debe estar al margen de este proceso de refundación. De hecho, hasta el último momento no comunicará si se presenta a dirigir ese nuevo proyecto o no. Es todo una incógnita, y el hecho de que la vicealcaldesa de Madrid sea la coordinadora de esta iniciativa dispara las especulaciones.
Otra cuestión es la del nombre del partido. Desde la fallida moción de censura de Murcia, que derivó en el hundimiento de Cs en Madrid, se apostó por utilizar el término Liberales en los carteles (es el dominante en la fachada de la sede central) y el atril. Incluso en el marketing electoral. De hecho, en la encuesta se preguntaba si querían cambiar de marca. Parece que la de Ciudadanos ya no vende.