El pasado 9 de febrero, los guardias civiles Miguel Ángel González y David Pérez, de 39 y 43 años respectivamente, perdían la vida mientras participaban en una operación contra el tráfico de drogas en las costas gaditanas de Barbate. Ambos fueron embestidos, a alta velocidad y de forma premeditada, por la embarcación de unos narcos, dejando además otros dos agentes heridos. Una tragedia respecto a la que el titular del Interior, Fernando Grande-Marlaska, no ha asumido ninguna responsabilidad. El ministro lo dejó claro desde el principio -«no entra en mis planes dimitir», reiteró-, obviando una vez más las críticas y reiteradas llamadas de atención de partidos políticos y sindicatos policiales a la gestión del departamento que lidera y la falta de medios con la que se dota a las Fuerzas de Seguridad en la zona.
Llueve sobre mojado. Son muchas las voces que afirman que «sobran los motivos» por los que el juez en excedencia debería haber renunciado a su cargo hace mucho tiempo, o por los que debería haberlo cesado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Y es que, la lista de crisis y polémicas que ha protagonizado desde que llegó al puesto es, sin resquicio de duda, la más extensa de los Gabinetes del líder del PSOE.
Bajo el paraguas de la indulgencia del inquilino de la Moncloa, Grande-Marlaska ha logrado sortear controversias como la de Barbate; el cese arbitrario (confirmado por una sentencia judicial) del coronel Pérez de los Cobos; el hacinamiento de inmigrantes en las salas de solicitantes de asilo en el Aeropuerto Madrid-Barajas; la falta de previsión en el asalto a la valla de Melilla que acabó con decenas de sin papeles muertos; la expulsión ilegal de menores indocumentados en Ceuta; el uso de gases lacrimógenos y pelotas de goma para contener las protestas en Ferraz contra los pactos con el independentismo... y así hasta completar una polémica hoja de servicio al frente de Interior que se remonta hasta sus inicios en el Ministerio.
Récord de permanencia
Desde que se hizo con la cartera, el bilbaíno no ha parado de acaparar titulares que lo sitúan en el ojo del huracán. Críticas que caen en saco roto, una vez sí y otra también, y que no han conseguido cambiar el hecho de que Grande-Marlaska es uno de los hombres fuertes del Gobierno. El juez lleva en el puesto desde su nombramiento el 7 de junio de 2018, después de que la moción de censura contra Mariano Rajoy diera la Presidencia a Sánchez. Eso lo convierte en el titular que más tiempo ha comandado este departamento desde el fin del franquismo, superando con creces al socialista José Barrionuevo, que lo ocupó durante 2.048 días.
A pesar de que el juez sonaba como uno de los que podía no repetir en el Ejecutivo tras las elecciones generales del 23-J, el líder del PSOE volvió a confiar en él y es uno de los pocos ministros que lleva a su lado desde su primer Gabinete, junto a Teresa Ribera, María Jesús Montero, Margarita Robles y Luis Planas.
Está por verse ahora hasta cuándo se mantendrá inmune pese a las crisis, siendo como muchos lo han bautizado ya «el ministro abonado a la polémica» de la era de Sánchez.
Algunas de sus controversias más sonadas
Mayo de 2020. Cese de Pérez de los Cobos
El coronel Pérez de los Cobos, conocido por su actuación en el procés y el referéndum ilegal del 1-O, fue cesado en mayo de 2020 después de que la Policía Judicial de la Comandancia de Madrid entregara un informe a la jueza que llevaba el caso de la manifestación del 8-M y su posible influencia en la expansión de la COVID. En un primer momento, el ministro del Interior atribuyó la decisión a razones de organización y lo desvinculó del documento, si bien luego matizó que respondía a su filtración a los medios. Marlaska tuvo que restituir al coronel después de que en marzo de 2023 el Supremo estimase el recurso de Pérez de los Cobos contra la sentencia que confirmó su cese.
Julio-agosto de 2021. Expulsión ilegal de menores
El verano de 2021 se procedió a la devolución de menores migrantes a Marruecos desde Ceuta tras una avalancha registrada en la ciudad autónoma en mayo, una medida «ilegal», según confirmó un juez posteriormente, señalando que las autoridades españolas no actuaron de acuerdo con la Ley de Extranjería e incumplieron el Convenio Europeo de Derechos Humanos. Grande-Marlaska, señalado de nuevo, exculpó a su departamento. «Yo puedo corresponsabilizarme como miembro de la Administración General del Estado pero Interior, por cuestión competencial, no tuvo ninguna intervención y les diré quién y dónde recae la tutela de los menores y quién dispone en ese respecto», defendió.
Junio de 2022. Tragedia de la Valla de Melilla
El 24 de junio de 2022, decenas de migrantes murieron en la valla de Melilla al intentar entrar a la fuerza en la ciudad autónoma. Ocurrió cuando unos 2.000 se dirigieron en bloque, armados con palos y piedras, hacia la frontera para franquearla pese al amplio dispositivo marroquí, que actuó con porras, gas lacrimógeno y pelotas de goma. Las autoridades hablaron de 23 sin papeles y dos gendarmes fallecidos, pero algunas ONG elevaron la primera cifra hasta 37. En diciembre de 2022, la Fiscalía española archivó la investigación sobre los hechos, tras analizar los vídeos de lo ocurrido (que también se vieron a puerta cerrada en el Congreso), exonerando de responsabilidad al Ministerio del Interior.
Noviembre de 2023. Gases ante la sede de Ferraz
En una de las protestas ante la sede del PSOE en Ferraz contra sus pactos con Junts, los agentes antidisturbios emplearon pelotas de goma y gases lacrimógenos. Una decisión que asumió en primera persona Grande-Marlaska. Desde los sindicatos policiales defendieron la actuación de los agentes, si bien denunciaron que era del todo inusual dar esa orden en solo «20 minutos» cuando, en casos similares de manifestaciones en Cataluña, el dictamen tardaba días. Para estos colectivos, esa premura evidenció la doble vara de medir del Ejecutivo, recordando que en 2019 durante las violentas marchas por el juicio del procés, el Gobierno esperó seis jornadas para utilizar medios coercitivos mayores, como pelotas o gas.
Diciembre de 2023. Colapso en Barajas
A finales de 2023 y durante varios meses, las salas de asilo del aeropuerto de Madrid-Barajas se saturaron tras las llegadas masivas de los llamados vuelos patera, prendiendo la mecha de una nueva polémica en torno a la gestión que el departamento de Grande-Marlaska estaba llevando a cabo de este colapso con la presidenta Isabel Díaz Ayuso al frente. La popular denunció fugas desde las instalaciones mientras se tramitaban peticiones de protección internacional y riesgos para la seguridad aérea porque los solicitantes accedían corriendo a las pistas. Dos meses después, el Gobierno impuso la exigencia de un visado de tránsito para kenianos y senegaleses que alivió temporalmente el problema.