El sistema de videovigilancia de incendios forestales se completará en 2026 en Castilla y León tras una inversión de once millones, de los cuales ya se han materializado la mitad. Se trata de un sistema que comenzó en Soria y luego se extendió a Sanabria (Zamora), El Bierzo (León), Salamanca y Ávila, provincia que tiene el mayor número de cámaras, con 22, tras una inversión de más de un millón de euros. Ahora queda pendiente llegar al resto de la región, ampliando a León e instalando en Palencia, Burgos, Valladolid y Segovia, aumentando del centenar de las cámaras actuales a las 200 que tienen como objetivo.
Este sistema ya está en funcionamiento en Ávila, una provincia que, dijo el consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones, ha sufrido incendios «muy peligrosos» este verano. Para su detección y control contó con las cámaras, que se unen a todo el personal y resto de medios y donde además se contó con la construcción de nuevas balsas en Candeleda, Guisando, Arenas de San Pedro y Pedro Bernardo.
Con estas incorporaciones se está pasando un verano que, a nivel regional, ha tenido hasta ahora «cifras limitadas» en cuanto a incendios puesto que si se hace una comparativa con la media de los últimos diez años se ve un descenso de un 80 por ciento en la superficie arbolada quemada y de un cuarenta por ciento en cuanto al número de incendios, aunque esto es «la tónica general de España», precisó el consejero de Medio Ambiente.
El representante de la Junta de Castilla y León explicó el funcionamiento del sistema de cámaras de videovigilancia, que sirven para «mejorar la capacidad del operativo de incendios de Castilla y León» en su parte tecnológica. Esta instalación es parte de los acuerdos que se tomaron en 2022 con el diálogo social para mejorar el operativo en diferentes ámbitos.
En esa parte tecnológica se cuenta con las cámaras como sistema de vigilancia y detección de incendios forestales. Con ellas se trabaja en dos partes, con esa vigilancia y detección por parte del personal y las 176 torres de Castilla y León, además de la aportación de los ciudadanos que avisaron a través del 112 del 52 por ciento de los incendios, mientras que también está la parte de la videovigilancia que, en el caso de Ávila, se traduce en 22 cámaras instaladas en «lugares estratégicos» para vigilar el entorno y con la mayor capacidad de alcance del medio natural. Se utiliza además alta tecnología, con una instalación que se realiza en torres propias o compartidas y que ofrecen una visión de 360 grados, con movimientos verticales y horizontales y con zoom con una nitidez de imagen «relevante».
Con estas cámaras se puede detectar el inicio de un fuego pero también hacer un seguimiento de su evolución. Entre las ventajas que ofrece está la ayuda en el posicionamiento, con más precisión, lo que puede evitar desplazamientos a la hora de apagar el fuego y también ser más precisos con el origen y la identificación del lugar para el primer ataque. Además, se hace un seguimiento constante del incendio y de esta forma se pueden adaptar las decisiones del operativo. Se convierte, por tanto, en un «sistema idóneo de apoyo» para la toma de decisiones, la detección temprana y la gestión.
Por otra parte, Suárez-Quiñones se refirió a los beneficios de este sistema en cuanto a la "disuasión", sobre todo teniendo en cuenta que el 92 por ciento de los incendios tienen su origen en la mano del hombre. De esta forma, dijo, «las cámaras tienen un efecto disuasorio, todo el mundo que quiera hacer daño al monte, que quiera prender un fuego, tiene que saber que hay una cámara de vigilancia forestal. No es de vigilancia de personas, es forestal, pero puede accidentalmente recoger la imagen de actuación y eso se va a poner a disposición de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y el poder judicial para que, con las resoluciones correspondientes, pueda ser prueba incriminatoria de estas personas».
Respecto a los incendios sucedidos en Ávila y la investigación, el propio Suárez Quiñones explicó que en todos se investigan las causas, aunque en este caso las conclusiones no están «fijadas definitivamente» aunque «hay incendios que el sentido común indica que son provocados, como es el de El Hornillo, por el lugar, la hora y los focos».
Durante su presencia en Ávila, el consejero de Medio Ambiente visitó el Centro Provincial de Mando que, recordó, está abierto los 365 días del año, las 24 horas del día, como ocurre con los diferentes de la región.