El Real Ávila se ha erigido en el nuevo embajador del 'unocerismo' en el mundo del fútbol, al estilo del Atlético del Cholo Simeone. Esta vez fue el Marino de Luanco quien sufrió en sus carnes la seriedad defensiva de los encarnados, que se llevaron la victoria gracias a un tanto de Carlos Pascual en un córner de estrategia perfectamente ejecutado. Otra victoria por 1-0 para los de Miguel de la Fuente, que se aferran al tercer puesto y, con la permanencia casi en el bolsillo, se convierten en serios candidatos para disputar el playoff, aunque el entrenador vallisoletano aún no quiere lanzar las campanas al vuelo.
El encuentro ante el Marino de Luanco comenzó con puntualidad inglesa (como debería de ser) y fueron los asturianos quienes entraron mejor al partido. En los primeros cinco minutos ya realizaron dos disparos (sin demasiado peligro, eso sí) que pusieron en cierta alerta a un Real Ávila que empezó algo acarajotado. Sin embargo, dos posesiones largas dieron confianza a los locales y les ayudó a entrar en calor. Además, los encarnados jugaban en el primer tiempo con un factor importante a favor: el viento, una circunstancia que no aprovecharon tanto como debieron. Dos buenas llegadas sin tinos del Ávila sirvieron como preludio del único tanto del partido en una acción de estrategia pura y dura. Adri Carrión botó un córner desde la derecha que remató solo y magistralmente a la red Carlos Pascual. El capitán abulense realizó un gran desmarque desde el área pequeña (que estuvo más concurrido que el metro de Nueva York) para batir de cabeza a un Dennis que no pudo hacer nada por evitar el tanto.
El gol dio alas a los encarnados, que comenzaron una fase de dominio que, sin embargo, no se tradujo en más ventaja en el marcador. Aprovechando el factor meteorológico, los locales trataron de aprovechar los saques de esquina, botados con calidad por Carrión, pero los sucesivos no dieron tan buen resultado como el primero. Vitolo puso en aprietos a Dennis con un buen disparo desde la frontal, lo mismo que Llopis, cuyo tiro lejanísimo estuvo cerca de sorprender al meta del Marino por culpa del fuerte viento. Shergo, que estrena titularidad, también dispuso de una ocasión muy clara que no acertó a rematar después de la buena recuperación y asistencia de Mario Rivas. Pero en este tramo final del primer tiempo los asturianos también gozaron de dos buenas ocasiones, motivadas por dos errores de los abulenses. Primero falló Rivas y después Carrión, pero ni Miguel Cuesta ni Álex Arias aprovecharon sendos regalos. Al descanso se llegó con cierta sensación de que el Ávila no había aprovechado su momento para alcanzar una mayor ventaja en el marcador.
Y, efectivamente, así fue. Porque el segundo tiempo fue del Marino de Luanco, que esta vez jugó con el viento a favor. El inicio fue trabado, con muchos errores en los pases, pero ya se empezó a ver que el Marino iba a tomar el control del encuentro. El Real Ávila tuvo dos llegadas, especialmente una de Shergo, que remató arriba, para sentenciar. Pero a Dennis no se le vio apenas en toda la segunda parte, todo lo contrario que a Álvaro. La ocasiones asturianas comenzaron con un intento del veterano central Morcillo desde su propio campo, que se marchó rozando el larguero. Morcillo tuvo otra oportunidad de falta, pero su disparo centrado lo detuvo seguro el portero encarnado. El encuentro ya era claramente del Marino de Luanco, así que la afición abulense, que volvió a acudir en gran número al Adolfo Suárez, ya preparó para otro final de incertidumbre y sufrimiento.
Miguel de la Fuente, viendo que había perdido el control del centro del campo, retiró a Shergo para introducir a Caio Lopes. Manel Menéndez, el entrenador del Marino, por su parte, también metió piernas frescas y pulmones en busca del empate. Entre los cambios de los asturianos estuvo Alberto Lora, excapitán del Sporting de Gijón de los tiempos del malogrado y recordado Manolo Preciado. Su primera aportación fue un disparo a puerta que atrapó Álvaro. Es cierto que, gracias a las sustituciones, el Ávila consiguió frenar momentáneamente el acoso visitante. Pero los sustos no cesaron para la parroquia abulense. Primero con un amago de lesión de Mario Rivas en un ataque (se respuso rápido de un golpe en la rodilla) y luego con dos oportunidades del Marino de Luanco. De hecho, los asturianos marcaron un gol, por medio de Miguel Cuesta, pero la acción estaba previamente anulada por fuera de juego. Y, ya en el minuto 89, Adolfo cabeceó un córner que puso de los nervios a todo el estadio, pero Álvaro logró conjurar el peligro. Ahí murió el Marino, que apretó durante el añadido en busca de un empate que no llegó.
Gracias a su férrea defensa y al aprovechamiento de sus ocasiones de gol, el Real Ávila sigue pisando fuerte en su estreno en Segunda Federación. Tanto que, tras haberse disputado tres jornadas de la segunda vuelta, se mantiene tercero en la clasificación por detrás de los todopoderosos Pontevedra y Numancia, cuyo partido se aplazó por culpa del temporal. Así que, llegados a estas alturas de temporada y con la salvación ya muy encarrilada, los encarnados deben ir pensando en objetivos mayores e inimaginables hace apenas unos meses. Pero Miguel de la Fuente sigue siendo cauto y su mente solo se enfoca, de momento en el Escobedo y en lograr la permanecia. Hasta que esta se consiga, la vida sigue igual por el Adolfo Suárez.