Termina este domingo la serie de informaciones relacionadas con la línea férrea Ávila-Madrid que ha venido publicando este periódico durante la semana que hoy termina, y lo hace con una información que no aporta demasiadas novedades ya que aborda, en forma de recopilatorio, la noticia de lo que no fue y todo apunta que ya no será: la alta velocidad ferroviaria en la provincia abulense. Desde 2010, cuando se informó del último proyecto, no se ha vuelto a presentar novedad alguna de una idea que surgió en 2001 y que, como ha suceido con otras varias en la provincia, no ha cuajado. El AVE no pasó en Ávila de una declaración de intenciones, quedándose la ciudad y la provincia como una isla rodeadas por líneas de alta velocidad que ni siquiera la rozan.
Fue hace 24 años cuando el entonces ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos, presentaba en Ávila el que sería el primer proyecto de conexión de alta velocidad y «la mayor obra de infraestructura de la historia abulense». El proyecto en cuestión era una conexión de 60 kilómetros con el proyectado Corredor Norte-Noroeste de AVE a través de la localidad segoviana de Santa María la Real de Nieva que entonces se presupuestaba en 28.000 millones de pesetas. Y lo más importante, se decía que estaría concluida, y con ella la unión de Ávila a la Península y Europa, al mismo tiempo que el enlace de Valladolid y Segovia con Madrid, es decir, a finales de 2007.
De esos 60 kilómetros, 35 de ellos discurrirían paralelos a la línea Ávila-Medina y 25 de nueva construcción. Se preveía que a través de ella los abulenses pudiesen viajar a Madrid en apenas 50 minutos, a Segovia en 20 y a Valladolid en 45.
El AVE y las altas prestaciones que nunca llegaronEl proyecto continuó su tramitación y pasó a las dependencias del Ministerio de Medio Ambiente, pero cuando se produjo el cambio de Gobierno, en marzo de 2004, quedó paralizado. No fue hasta la aprobación del Plan Estratégico de Infraestructuras de Transporte (PEIT), en un Consejo de Ministros de julio de 2005, cuando el Gobierno del PSOE marcó las que serían sus líneas de actuación en el capítulo de infraestructuras ferroviarias. Entonces no se contempló la opción de la conexión a la línea de Alta Velocidad de Ávila y se anunció la apuesta por la línea de Altas Prestaciones Madrid-Ávila-Salamanca, enmarcada en el horizonte de 2020, cayendo en saco roto una de las principales aspiraciones de la provincia.
En julio de 2006, el Ministerio de Fomento anunciaba el inicio de los trámites para realizar el estudio funcional del trazado entre Madrid, Ávila y Salamanca con el objetivo de que la línea fuera de Altas Prestaciones. Se pretendía aumentar la capacidad de la línea entre Madrid y Villalba para dejar más espacio a los Cercanías y que la Ávila-Madrid tuviera mayores frecuencias y servicios. Al mismo tiempo, se abogaba por que los trenes que vinieran a Ávila fueran mejores que los actuales, pero tampoco cuajó.
segundo proyecto. Abandonado el proyecto de 2001, en abril de 2010, el entonces ministro de Fomento, José Blanco, presentaba el segundo para que la alta velocidad fuera una realidad en Ávila. En este caso la idea era un trazado de 55 kilómetros entre Ávila y Segovia, para desde allí enlazar con el ramal de AVE a Madrid, de tal manera que se cubriera la distancia entre la capital abulense y la madrileña en unos 40 minutos.
Tras el anuncio, tuvo que pasar un año para que se produjera el único avance de este proyecto, que tuvo lugar en mayo de 2011, cuando el Ministerio de Fomento adjudicó a la empresa Ingeniería Idom Internacional el estudio informativo de la Línea de Alta Velocidad Segovia-Ávila, que, según comentaba la nota de prensa emitida por ese ministerio, «da continuidad al proceso para la construcción del trazado en alta velocidad entre el entorno de Segovia y la ciudad abulense, cumpliéndose así», continuaba la nota, «el compromiso adquirido por el ministro de Fomento, José Blanco, de impulsar la llegada de la alta velocidad a Ávila a través de este trazado». El presupuesto de la adjudicación ascendió a 886.345 euros (IVA incluido).
Desde el propio Ministerio de Fomento se reconocía por aquel entonces que «los accesos ferroviarios a la ciudad de Ávila se producen por la línea ferroviaria Madrid-Hendaya, estando el tramo de línea desde Madrid hasta El Escorial compartido por los servicios de Cercanías, lo que limita la posibilidad de establecer más servicios», y aún había buenas noticias, porque hace 14 años «el tiempo mínimo actual de viaje entre Madrid y Ávila es de aproximadamente 1 hora y 20 minutos», que si se tuviera que hacer la nota de prensa ahora, se tendrían que añadir 20 minutos más.
La redacción de ese estudio informativo partía de las conclusiones del estudio funcional, en el que se analizaron distintos corredores para conectar Ávila a la red de alta velocidad. A partir de este estudio se determinó que la alternativa óptima era la utilización del corredor que, partiendo de la línea de alta velocidad Madrid-Valladolid, se desvíe en Segovia para dirigirse a Ávila discurriendo en paralelo al corredor viario definido por la carretera N-110 y la autopista AP-51.
La longitud de la infraestructura resultante era de aproximadamente 55 kilómetros, lo que permitirá tiempos de viaje Madrid-Ávila en el entorno de 40 minutos. En el estudio informativo se marcaba el objetivo de analizar todas las alternativas de trazado viables técnicamente para la alta velocidad desde los puntos de vista funcional, económico y ambiental, comparándose entre sí y seleccionando finalmente la solución óptima desde un punto de vista general.
La solución adoptada se desarrollaría con el nivel de detalle necesario para permitir el desarrollo del proceso de audiencia e información pública establecido en las legislaciones ferroviaria y ambiental vigentes. El contrato, además, incluía la asistencia y apoyo a la administración en los trámites de información pública y audiencia, análisis de alegaciones y obtención de la Declaración de Impacto Ambiental hasta la aprobación definitiva del estudio informativo.
Pues todo lo anterior se quedó en nada. De ese estudio informativo, como del futuro de la alta velocidad en Ávila, nunca más se supo.