Seguramente Multitienda fue durante años el principal centro comercial de la capital abulense. Todos los abulenses, en algún momento de su vida, han accedido por alguna de sus tres entradas, han paseado por sus pasillos y han comprado en sus tiendas. Pero aquella época hace tiempo que pasó. Ahora solo sobreviven cuatro negocios abiertos, entre ellos, la tienda de ropa de mujer Trapos.
Al frente sigue, desde hace más de 40 años, Ana Isabel Domínguez, que ha visto cómo sus vecinos mercantiles han ido echando el cierre. Pero ella cada vez ve más cerca también su final. «Me sale rentable seguir porque el local es mío y no pago un alquiler. Pero con los impuestos y otras cosas más, no creo que aguante mucho más, aparte de que ya me queda poco para la jubilación», afirma. Esta tienda de ropa, por lo que se ve, podría ser la siguiente en cerrar en Multitienda. Un final triste que seguro que Ana Isabel no imaginaba que sería así cuando montó su negocio. «Entonces Multitienda era un lujo, estaba fenomenal. Abría hasta los sábados por la tarde porque se llenaba la galería. Tuvimos unos años muy majos en los que la gente se movía, venía, compraba», recuerda. Pero aquello se acabó. De hecho, hace tiempo que no recibe género nuevo y sobrevive, prácticamente, de agotar las existencias. Mucho ha cambiado todo en las últimas cuatro décadas. Tanto que comenta algo curioso: cuando abrió Trapos no existía el Impuesto sobre el Valor Añadido, el famoso y a veces temido IVA. «Pagaba el cuatro por ciento de recargo de equivalencia. Pero luego empezamos con el 12% y hasta el 21%», rememora.
Ana Isabel extrapola el triste panorama de Multitienda a la Avenida de Portugal, otra de las calles de tiendas por excelencia de la capital, que también cuenta con la mayoría de sus establecimientos 'chapados'. «Pienso que los necesios desaparecen y solo van a quedar en pie los oficios: ópticas, dentistas, peluquerías,... Pero la venta tiende a desaparecer», augura, en parte, debido al aumento de la venta online. Pero también aporta otra explicación a este continuo cierre de negocios:«Lo triste es que no tenemos sucesores, porque la gente joven no se arriesga a estar de autónomo, emprender, hacer una inversión,... Es más facil para ellos opositar, algo lógico también», comenta.
Con estas afirmaciones, Ana Isabel augura el mismo futuro negativo a Multitienda (y al resto de galerías comerciales) que a los negocios de calle. «Auguro un mal futuro, ojalá me equivoque. Pero igual aquí dentro que fuera en la calle. Que sea lo que Dios quiera», sentencia. Como ella dice, es probable que un futuro cercano solo haya oficios en las calles, ya sea clásicos (peluquerías, ópticas, dentistas) o los nuevos que proliferan ahora (tiendas de manicura o estudios de tatuajes). El tiempo dirá. Pero lo que está claro es que, o cambia mucho todo, o las galerías comerciales tienen los días contados. De momento, Ana Isabel y su tienda de ropa resisten cuales 'ultimos de Filipinas' pese al negro futuro que se cierne sobre estos espacios.