Su nombre es curioso, sin duda. Lleva a plantearse a aquel que lo lee por primera vez numerosas preguntas. Y es que los puntos suspensivos que siguen a 'Los 7' desata la imaginación de todos.
Es verdad que los que frecuentan el bar conocen la historia. Y es cierto también que cuando se refieren al mismo obvian esos misteriosos puntos suspensivos.
Pero lo cierto es que tras esos tres puntos se esconde una historia preciosa: la de la familia Bartolomé, encabezada por Andrés y Pilar.
Fueron ellos los que, en el año 1962, se lanzaron a la aventura de montar un negocio que, en un principio, era mitad bar, mitad carnicería.En aquel entonces, Andrés y Pilar tenían siente hijos. Y quisieron hacerles un homenaje con el nombre de su establecimiento. Pero, pensando en que quizá la familia podría seguir creciendo, quisieron añadir esos simpáticos puntos suspensivos. Por lo que pudiera pasar.
Y pasó, claro que pasó. Así que los tres puntos suspensivos se convirtieron en un 'milagro'; la llegada de la octava hermana, llamada así,Milagros.
Hicieron bien, pues, en añadir esos puntos que se terminarían convirtiéndose en una más en la familia, y que aún hoy pueden verse en el letrero del bar que hoy gestionan Susana (la heredera de la saga Bartolomé) y su marido Luis, con la ayuda de su hija Susana.
«Cogimos el bar de novios, en el año 1983», comienza a explicar Susana, responsable, en buena medida, de que en la barra de Los 7... se puedan seguir saboreando los platos que ya cocinaba su madre.
La estrella, nos dice, es el picadillo de asadurilla, con un «toque picante que gusta hasta a los niños pequeños». La preparaba su madre, decíamos, y en pleno siglo XXI son muchos los que se desplazan a Navalperal de Pinares para disfrutar de una tapa única, a la que acompañan en la barra otras muy clásicas también, como las patatas revolconas.
Y a la hora de sentarse a comer, porque en Los 7... también es posible, Susana nos habla de lo mucho que gustan sus hamburguesas. Aquí también hay 'truco'. Porque a la buena mano que tienen las Susanas a la hora de ponerse en los fogones, se suma la calidad de los productos que emplean en la elaboración de las mismas. «Es carne de los Bartolomés, de primera», presume de la excelente tradición cárnica de la familia.
«Yo preparo a mano las hamburguesas», prosigue hablando Susana, que acompaña a esa carne con lechuga fresca, tomate, huevo y patatas. «Pero la gente nos la puede pedir como quiera», se pone Susana a disposición de sus clientes.
Clientes que son, sobre todo, del pueblo. Tanto los que viven durante todo el año en Navalperal como los que disfrutan del pueblo y de alguno de sus ocho bares en puentes y vacaciones de verano. «Nosotros abrimos todo el año», se despide.
PRÓXIMO ESTABLECIMIENTO: BAR DIMAS